Dreamhunters, movidos por la pasión: Zona de confort (11)
La visita de los Dreamhunters a Kho Phi Phi, una de las islas más famosas de Tailandia, fue como vivir un sueño: puestas de sol espectaculares y música en directo enfrente del mar se encargaron de convertir este sitio en un lugar difícil de olvidar. Pero el momento más inesperado e inolvidable del viaje está a punto de suceder, cuando Albert y Lore se dirigen a Bangkok y se ven obligados a salir de su “zona de confort”.
“19 de Abril de 2015.
Tailandia nos tiene robado el corazón. No sabemos si cuando la abandonemos, nos lo devolverá. Al igual pasa con Pokhara, que lo recuperamos, pero sin un cachito. Salimos del país apurando hasta el último día del visado con una parada en Krabi que también nos abduce a un estado de admiración y calma al mismo tiempo. Cruzamos la frontera y entramos en Malasia. Cambio de país. Los precios suben y la calidad disminuye. Hay muchos cambios. La religión pasa de ser budista a musulmana y los 7Eleven que tanto utilizábamos son menos y diferentes.
Con calma llegamos a su capital, Kuala Lumpur, una ciudad muy ordenada, con poco tráfico y muy pensada para peatones. Nos alojamos en el barrio chino, la calle homóloga de Khaosan Road de Bangkok, donde también puedes encontrar de todo. Y dejamos la visita a las Torres Gemelas para la noche, que son todo un espectáculo.
Al cabo de unos días, volvemos a subirnos a la moto para continuar nuestro camino hacia Singapur, donde nos espera un amigo que no vemos desde hace 25 años. Sin embargo, a los pocos kilómetros de entrar sufrimos un accidente en medio de la autopista que nos dejará un poco tocados. Todo por culpa de un coche que estaba parado en medio de nuestro carril, obligándonos a abandonar el arcén para entrar en el bosque. Y es cuando vivimos los 10 peores momentos del viaje. En ese período de tiempo nos caemos, Lore se rompe la muñeca y lanza el casco enfadada fuera de la autopista en medio de la hierba, un motorista que se detiene para ayudarnos nos roba el móvil y, en mi camino hacia el casco de Lore, a dos metros de mí se alza una cobra negra que me mira con ojos amenazantes. Suerte que miraba el suelo y la vi. Si no, seguramente en estos momentos ni yo habría escrito estas líneas ni tú las estarías leyendo.
Esto es lo que sucede cuando abandonas un momento la famosa “zona de confort”. En ocasiones se está mejor en el sofá, pero sin duda, si no hay riesgos, no hay aventura. Y la vida, o es una aventura, o no es nada”.
Texto e imágenes: © Dreamhunters