Cómo elegir unos prismáticos (y no morir en el intento)

¿Te ha pasado esto? Estabas pensando en comprarte unos prismáticos y, a la hora de la verdad, no has sabido cuáles llevarte. Te has visto desbordado con tal cantidad de modelos y características que no has logrado averiguar en qué basarte para saber cuál se ajusta mejor a tus necesidades. Básicamente no tienes ni idea de cómo elegir unos prismáticos, pero no te preocupes porque tiene solución: te traemos una elaborada guía de compra con todas las claves que debes tener en cuenta para acertar en tu elección. ¿Preparado?

Prismáticos: qué son y qué tipos existen

Los prismáticos, también conocidos como binoculares, son un instrumento óptico formado por dos tubos idénticos en cuyo interior alojan una serie de lentes, elementos y prismas que amplían la imagen de personas, lugares u objetos lejanos.

Al observar a través de ellos con ambos ojos abiertos (a diferencia del monocular o del telescopio, en el que se cierra un ojo mientras se mira por el otro) su uso es más cómodo y resulta más fácil apreciar la distancia entre los objetos distantes y seguirlos mientras se mueven. Esto se debe a que los prismáticos provocan el efecto de estereoscopia, es decir, la imagen que vemos nos crea la ilusión de profundidad y la escena nos parece mucho más realista e inmersiva.

Visión a través de unos prismáticos. Foto: Greg Younger

Elementos de unos prismáticos

Para poder entender el funcionamiento de unos prismáticos, primero debemos conocer su estructura interna. Los binoculares están compuestos por los siguientes elementos:

Las lentes son las que dirigen la luz y enfocan la imagen ampliada, y el prisma es quien se encarga de corregir la imagen para que la recibamos correctamente, ya que esta llega volteada.

Otros elementos importantes de los prismáticos son la rueda de enfoque, para enfocar la imagen, y el anillo de corrección dióptrica para tener una dioptría diferente en uno de los oculares. Algunos también incluyen una rosca universal para poder acoplarlos a un trípode.

Tipos de prismáticos

Si te has fijado, no todos los prismáticos tienen el mismo diseño. Mientras que algunos se ven más aerodinámicos, otros son más grandes y dan la sensación de ser más pesados. Esta diferencia en apariencia y tamaño se debe al tipo de prisma que utiliza cada uno.

En función del sistema de prismas que tengan los prismáticos podemos distinguir entre dos tipos: de techo o tejado y de porro.

Prismáticos con sistema de prismas de techo o tejado (izda) y de porro (derecha)

Como habrás podido imaginar, elegir un sistema de prismas u otro va a ser una de las primeras decisiones que tendremos que tomar a la hora de elegir unos prismáticos. Como ya hemos comentado, cada sistema no solo influye en el aspecto y en el peso, sino que también en su rendimiento óptico.

Los prismas de porro, que deben su nombre al ingeniero italiano Ignazio Porro, están dispuestos de manera no lineal, lo que les da a los prismáticos ese aspecto tan característico con los oculares no alineados con respecto a los objetivos. Son más pesados y voluminosos, pero también más económicos y producen imágenes más nítidas y contrastadas.

Al contrario que los prismas de porro, los prismas de techo o tejado tienen el prisma alineado con las lentes, de ahí que su aspecto sea más pequeño y compacto al estar los elementos dispuestos en dos tubos rectos paralelos. Son más ligeros y manejables.

Cómo elegir unos prismáticos: aspectos a tener en cuenta

En el mercado existe una gran variedad de modelos y precios, pero decidirse por unos prismáticos u otros dependerá sobre todo de sus características y del uso que le vamos a dar.

Materiales de los elementos

Para tener una buena calidad de imagen, debes elegir siempre prismáticos que tengan prismas minerales (de vidrio), nunca orgánicos porque están fabricados con plástico de poca calidad.

Podemos encontrar dos tipos de prismas minerales: BK-7 (boro-silicato) y BAK-4 (bario). Los prismas BK-7 son más económicos pero menos eficientes al transmitir la luz. Los prismas BAK-4 son de mayor calidad, proporcionan imágenes más nítidas y contrastadas y son más luminosos gracias a su mayor índice de refracción.

Tratamiento óptico

Cuando hablamos de tratamiento nos referimos a los recubrimientos de las lentes y los prismas con capas antirreflectantes para reducir o minimizar los reflejos internos y las aberraciones cromáticas, y mejorar la transmisión de la luz. Los prismáticos pueden tener los siguientes tratamientos:

Lo más recomendable es que los prismáticos tengan un tratamiento multi-coated como mínimo para asegurar una buena calidad de la imagen.

Aumentos y diámetro de los objetivos

¿Te has fijado que los prismáticos utilizan números como 7×40, 8×25 o 10×50? La primera cifra hace referencia al grado de magnificación o aumentos del objeto observado, por lo que en unos prismáticos 7×40 veremos la imagen 7 veces más grande que en la realidad. A partir de 10x es difícil mantener la imagen estable, por lo que se recomienda usar trípode.

La segunda cifra se refiere al diámetro de las lentes objetivo, indicado en milímetros. Influye en el tamaño y peso de los prismáticos y en la cantidad de luz que dejan pasar a través de ellos, por lo que, a objetivos más grandes, mayor luminosidad y mejor calidad de la imagen.

También podemos encontrar prismáticos de tipo zoom, por ejemplo 10-30×60, que ofrecen un grado de ampliación variable. La ventaja de estos prismáticos es que podemos acercarnos o alejarnos según nos convenga, pero son más grandes y pesados. Además, precisamente su mecanismo de zoom los hace menos fiables.

Pupila de salida

La pupila de salida es el cono de luz que sale por el ocular. Cuanto mayor es la pupila de salida, más luminosos son los prismáticos. Este diámetro se calcula dividiendo el diámetro del objetivo entre el número de aumentos, y nos indica la cantidad de luz que llega a nuestros ojos. Así, en unos prismáticos 8×40 la pupila de salida es 5mm.

Para ver la pupila de salida, coge los prismáticos y aléjalos unos 25-30 centímetros de tu cara: si observas atentamente verás dos pequeños círculos de luz en el centro de los oculares (rombos en el caso de prismas BAK-7). Para aprovechar al máximo los prismáticos debes situar tus pupilas “dentro” de esos conos de luz.

Foto: Jason Jones

La pupila de un ojo humano varía de 1,5 mm en condiciones de mucha luz hasta 8 mm en la oscuridad, aproximadamente. En condiciones normales ronda los 5 mm (salvando las diferencias entre unas personas y otras), por lo que una pupila de salida de esa cifra tiene el tamaño ideal.

Si el diámetro de la pupila de salida de tus prismáticos es menor que la pupila de tu ojo, va a parecer como si estuvieras mirando a través de una mirilla. Si es mayor, no podrás aprovechar toda la luz captada por los objetivos de los prismáticos. También debes tener en cuenta que, con los años, los ojos tienden a dilatarse menos, por lo que debemos escoger una pupila de salida adecuada a nuestra edad.

La calidad de las lentes y los revestimientos antirreflectantes también juegan un papel muy importante en la luminosidad de los prismáticos. Así, entre dos prismáticos de características ópticas similares, el más luminoso es el que tiene un mayor número de pupila de salida; pero a igual pupila de salida ganaría el de mayor abertura o el de mejor calidad de sus elementos.

Luminosidad relativa

Es la capacidad que tienen unos prismáticos de captar y transmitir suficiente luz para obtener imágenes nítidas y contrastadas. Cuanto mayor sea, más luminosas serán las imágenes. Se calcula elevando al cuadrado el diámetro de la pupila de salida, por lo que unos prismáticos 7×50 tendrían una luminosidad relativa de 50,4.

Este índice también dependerá de otros factores, como el diámetro de las lentes objetivo, el grado de ampliación, la calidad de los materiales empleados y su tratamiento o el tipo de prismas.

Factor crepuscular

Si tienes pensado utilizar tus prismáticos de noche, además de la luminosidad relativa, debes tener en cuenta el factor crepuscular. Se refiere a la capacidad de los prismáticos de reconocer detalles cuando observamos en condiciones de poca luz. Se calcula haciendo la raíz cuadrada del producto entre el diámetro del objetivo y el grado de ampliación. Cuanto mayor sea, mejor será la visión de los detalles incluso cuando la iluminación sea escasa.

Foto: Knokton

Alivio del ojo

El alivio del ojo es la distancia óptima entre el ocular y el ojo para que el diámetro de nuestra pupila iguale al de la pupila de salida y podamos ver todo el campo visual. Una distancia de alivio elevada nos permite alejar los prismáticos de nuestros ojos y seguir observando todo el campo visual, por lo tanto, a mayor distancia, más cómodo nos resultará mirar por los prismáticos.

Los prismáticos cuentan con ojeras de goma para que los ojos de estén a la distancia adecuada de los oculares, por lo que si usas gafas aumentará esta distancia y la calidad de la imagen observada se verá afectada. Normalmente a partir de 1 cm es suficiente, pero las personas con gafas necesitarán al menos 1,5 cm.

Sin embargo, muchos modelos incluyen un corrector de dioptrías en uno de los oculares, de forma que se pueda ajustar el enfoque y utilizar los prismáticos sin gafas. También hay ojeras ajustables que se pliegan hacia atrás o que se pueden enroscar y desenroscar, ideales en el caso de que compartas los prismáticos o que tu afección sea más severa.

Ángulo de visión y campo de visión

Los términos ángulo de visión y campo de visión describen el área visible que cubren los prismáticos a una distancia de 1.000 metros. El ángulo de visión se expresa en grados, mientras que el campo de visión se expresa en metros.

Por ejemplo, para unos prismáticos con un campo de visión de 100 m, significa que a 1.000 m de distancia abarcaremos un área de 100 m. Cuanto mayor sea el número de aumentos, menor será el campo de visión.

Distancia mínima de enfoque

Es la distancia mínima a la que los prismáticos pueden enfocar un objeto. Puede parecer un factor raro a tener en cuenta, ya que la idea de tener unos prismáticos es para ver cosas lejanas, pero quizás también en otras ocasiones nos encontremos con objetos situados a poca distancia y queramos verlos en detalle.

Por un lado, nos interesa que sea lo más baja posible pero también hay que tener en cuenta que, a mayor grado de ampliación, mayor será la distancia mínima de enfoque. Si buscas una distancia mínima de enfoque baja, fíjate en el tamaño del objetivo y que el grado de ampliación ronde los 8x.

Enfoque

La gran mayoría de los prismáticos utilizan un sistema de enfoque central. La rueda de enfoque se sitúa entre los dos oculares y los ajusta simétricamente. Aparte del enfoque central, muchos modelos incluyen un anillo de corrección dióptrica en uno de los oculares (normalmente el derecho) para que podamos adaptar el enfoque según nuestras necesidades.

Foto: Daniele Zanni

Otros prismáticos tienen un sistema de enfoque independiente, en el que cada ocular se enfoca de forma individual para lograr unos resultados mucho más precisos. Por último, también existen prismáticos que no cuentan con ningún mecanismo de enfoque porque ya vienen con un enfoque por defecto a partir de cierta distancia.

Montura

Nos referimos a cómo están construidos los prismáticos. Su montura determinará su resistencia frente al uso y los agentes externos, como lluvia o polvo. Generalmente están recubiertos de goma o caucho para protegerlos de golpes y facilitar el agarre.

Estanqueidad e impermeabilidad

Para asegurar la estanqueidad de los prismáticos y evitar que los elementos ópticos se empañen a bajar temperaturas, muchos prismáticos están rellenos de nitrógeno o argón. Estos gases aseguran que no haya empañamiento en su interior aún en condiciones extremas.

También hay que tener en cuenta si son impermeables o resistentes al agua, ya que no es lo mismo. Los prismáticos impermeables (waterproof) son 100% a prueba de agua, pueden utilizarse bajo la lluvia con tranquilidad; mientras que los resistentes al agua tienen un nivel de tolerancia mucho menor, solo soportan salpicaduras.

Si tus prismáticos no son estancos debes tener cuidado con la lluvia y los cambios bruscos de temperatura.

Ergonomía y peso

Igual que antes hemos comentado que no todos vemos igual, tampoco todos tenemos las mismas manos, ni la misma fuerza, ni la misma resistencia. Aunque a priori no nos demos cuenta, estos aspectos también son fundamentales a la hora de elegir unos prismáticos, ya que lo que para unos puede ser cómodo y ligero para otros puede ser pesado y tedioso.

Colimación

La colimación es la alineación de los elementos ópticos de los prismáticos con respecto a su eje mecánico. Una buena colimación garantiza una visión nítida y cómoda, evita la fatiga ocular y la sensación de imagen doble.

Conclusiones finales

La elección de unos prismáticos está condicionada por muchos factores que debes valorar antes de lanzarte a la compra. Aunque el coste suele ser el más determinante, ten en cuenta que hoy en día existen muchos modelos con excelente relación calidad-precio. Como ya hemos comentado, lo importante es que satisfaga tus exigencias a nivel técnico y que se adecúe perfectamente al uso que le vas a dar. Te invito a echar un vistazo a nuestra sección de prismáticos, seguro que encuentras lo que estás buscando:

Ver prismáticos

Espero que esta guía te haya ayudado a saber en qué fijarte cuando tengas dudas sobre qué prismáticos comprar. Mientras tanto, ¡espero tu opinión en los comentarios!

Foto destacada: Kit

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