Dónde colocar el horizonte en las fotografías de paisaje
El horizonte, en un numero importante de imágenes, es un elemento fundamental en la composición fotográfica. Por eso debemos prestar mucha atención en su colocación. Como ya decíamos en nuestro artículo sobre fotografía de paisaje, existen reglas generalmente aceptadas que, siguiéndolas, nos aseguran una lectura correcta de nuestras fotografías. Ahora repasaremos estas reglas (y también como saltárselas con criterio) para saber dónde colocar el horizonte en nuestras fotos de manera correcta.
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Guía para saber dónde colocar el horizonte en tus fotografías de paisaje
A la hora de decidir qué hacer con el horizonte en nuestras fotos nos encontramos, a priori,con cuatro opciones que os describo a continuación:
1. Respetar la regla de los tercios
Aunque es conocida desde hace siglos, no está de más recordar en qué consiste:
En realidad, esta famosa regla, en el tema que nos ocupa, se ha rebautizado como regla del horizonte. Dividimos la imagen con dos líneas equidistantes entre sí quedando así dos opciones: colocarlo en 1/3 para dar protagonismo al cielo o en 2/3 para hacerlo con el primer plano.
Es la primera opción a la hora de componer. Pero, ¿en qué tercio ponerlo? Si nuestra imagen tiene la fuerza en el cielo nos interesaría sacarlo lo máximo posible, por lo que lo colocaríamos en el inferior.
Si, por el contrario, es en el primer término donde está el interés de la imagen, entonces lo desplazaríamos al tercio superior para así enfatizar el primer plano.
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2. Centrar el horizonte
Hay casos que podemos colocar el horizonte justo en el centro de la fotografía. Pero debemos tener en cuenta que las dos partes de la imagen queden equilibradas. Un caso típico es el de los reflejos en el agua, en el que enfatizamos la simetría de la composición.
En otros casos es el “peso” de los colores lo que equilibra la imagen. Los colores oscuros pesan más que los colores claros, eso quiere decir que atraen más la atención del espectador.
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En esta imagen, al estar el cielo oscuro, nos permite contrarrestar la mitad inferior y así poder colocar el horizonte en el centro de la imagen.
3. Colocar el horizonte en un extremo de la fotografía
Hay casos en los que colocar el horizonte cerca de los extremos superior e inferior puede funcionar. Además, también puede aportar dramatismo y profundidad a nuestras fotografías. Solo hay que asegurarse de que la imagen resultante tiene el suficiente interés y por el contrario no sacrificas nada colocando el horizonte en situación tan extrema.
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En la fotografía superior estaba claro que el protagonismo estaba en las nubes y por eso desplacé el horizonte hasta el extremo inferior. Sin embargo, con el viñedo era todo lo contrario. Había que aprovechar las hileras de vides para hacer la composición y por eso el horizonte lo colocamos en el extremo superior.
4. Torcer el horizonte
Todo lo hablado hasta ahora se entiende para un horizonte nivelado, normalmente conseguido gracias al uso del trípode. Pero, ¿y si lo torcemos deliberadamente? Este tipo de composiciones, también llamado plano holandés (denominación procedente del cine), pueden funcionar perfectamente. Pero tenemos que asegurarnos de que tengan un sentido, que no sea el fruto de la casualidad.
No está de más, cuando no tengamos clara nuestra opción, hacer nuestra fotografía con varias opciones y luego decidir cuál es la que nos funciona mejor.
Conclusiones finales
El horizonte no tiene que ser solamente la línea que divide el cielo de la tierra. Cualquier línea que divida nuestra fotografía debería recibir el mismo tratamiento que aquí se describe. Ahora ya tienes las herramientas necesarias para colocar el horizonte de hasta cuatro maneras diferentes. Pero si quieres seguir ampliando tus conocimientos sobre composición fotográfica puedes echar un vistazo a nuestro post con 15 reglas básicas para mejorar la composición en tus fotografías.
Fotos: © Juan Miguel Cervera.