Cuestión de perspectiva (II): El uso del color

• José Luis Valdivia


• 27 Ago 2014

En nuestro anterior capítulo de la perspectiva vimos las posibilidades que se pueden exprimir con un 14mm. En el mismo hablamos del uso del color, de su importancia en nuestras tomas tanto o más que la composición. También ahondaremos en ella en siguientes entradas.

Uso del color: la importancia del color en la fotografía

Llevo comprobado largo tiempo cómo los usuarios entusiastas de la fotografía, tras comprar su costoso equipo, acudir a algún taller de fotografía y pelearse con los revelados digitales modernos, entran en una fase de preguntarse qué tipo de fotografía desean hacer. Miran el trabajo de otros y comprueban que, al margen del equipo, las imágenes les hablan por diversos motivos. Es cuando llegan cuestiones del tipo: ¿qué debo mirar? ¿Por qué escogiste tal encuadre, color, perspectiva, lenguaje…? Dicho de otro modo: completar un círculo creativo.

La composición es muy importante. Escoger los elementos que hagan hablar a nuestra fotografía es el quebradero de cabeza de muchos. Pero, si les dijera que en muchas imágenes que he visto no funcionan porque sus colores y matices así lo quisieron, seguramente no me creerían. A pesar de una gran composición les falta algo, como una buena comida que necesita sazonarse para ser perfecta.

Ejemplo 1 del uso del color: Objetivo con fondo desenfocado

Observen la imagen bajo estas líneas. La de la lente Samyang de 85mm f/1.4 sobre una mesa blanca. Si hubiese escogido un fondo plano blanco de cualquier pared sin más elementos, a buen seguro el efecto no sería el mismo. Destacaría la lente, por supuesto, dado el color negro y su verticalidad. Pero le faltaría algo. Al decidir usar las sillas del fondo de un intenso color rojo, al margen de crear una profundidad que el blanco plano habría diluido, envuelven a la lente destacando sus volúmenes. El uso del color enfatiza su presencia aislándola gracias también a la escasa profundidad de campo. La baja perspectiva de la toma ayuda a mirar directamente al motivo.

Objetivo Samyang 85mm f/1.4 de © José Luis Valdivia

Sigamos con más ejemplos. Ahora tenemos una imagen realizada en mayo de 2014 en la ciudad de Cracovia, aprovechando el día de su prueba anual de maratón.

Ejemplo 2: “Zapatillas de color”

A unos pocos cientos de metros de la parada de mi bus, con un puente que divide la ciudad en dos por donde discurre el río Vistula, se desarrollaba la carrera. Colocado en uno de los márgenes, pero a pie de carretera, compuse mentalmente los elementos: el globo grande a la izquierda, la iglesia de Skalka a la derecha creando profundidad de planos, y la valla-quitamiedos en un punto de vista bajo con el trozo de asfalto.

“Zapatillas de color” de © José Luis Valdivia. Nikon D610 con Samyang 35mm f1.4. ISO 100 f4 a 1/1250s +0,7EV, WB 5600ºK. Medición Ponderada al Centro.

Durante mi viaje los días fueron muy buenos, pero aquella jornada le dio por ponerse gris y algo lluviosa. El cielo tan cerrado apagaba los colores, por lo que buscar un elemento que destacase le daría otra entidad. Iban y venían muchos corredores con colores llamativos, pero quería buscar la individualidad de un deportista en solitario. Tras un rato visualicé “a mi hombre”, quién además calzaba unas llamativas zapatillas de color naranja. Con la cámara configurada y la composición estudiada esperé hasta que llegase a la altura que diese el empaque final a la toma.

Su buena postura de correr otorga sensación de movimiento y dinamismo, donde la nota de color de sus zapatillas destacan por encima del resto de colores tamizados. Luego se pueden observar otros puntos referentes más de color: la bandera con círculo rojo al pie del globo, la valla con cuadrados blancos y rojos, y la voluntaria con el peto amarillo. Si el corredor hubiese llevado zapatillas grises, negras, o blancas, el resultado no sería el mismo. Sin olvidarnos de la sensación de escala de todo el conjunto.

Seguimos en Cracovia para nuestra siguiente imagen.

Ejemplo 3 del uso del color: “Ventana rebelde”

Entiendo el viaje fotográfico como un ejercicio de introspección. De patear horas y horas los lugares en comunión con tu cámara. Entablando un diálogo interno ante todo cuanto se observa y contempla. Las ciudades, por la noche, siempre me han fascinado. Se mueven a otro ritmo. Cambian radicalmente de lenguaje respecto al día. Y, como no, también los colores. Paseando por la zona del centro, camino a su estación central, alcé la vista hacia una fachada grisácea de palpable deterioro (Cracovia tiene muchos barrios –sobre todo los judíos históricos–, con edificios así), y allí se encontraba la única ventana con luz. ¡Pero no era una luz cualquiera! De entre todas las cortinas que vi de colores apagados, justamente la de rojo estaba operativa.

Armamos la cámara y congelamos esta curiosa fotografía de mi querida “ventana rebelde”. Mientras comprobaba en la cámara el resultado de la misma, los dueños decidieron apagar la luz. Por lo que se daba aquello de la “intuición fotográfica”: “Hazlo antes de que lo pierdas”. También incidir en algo que reitero mucho en los talleres: ¡alzar la vista del suelo! Veo a muchísimas personas que ignoran tesoros de su propio entorno por no hacerlo. Además, el cuello os lo agradecerá.

“Ventana rebelde” de © José Luis Valdivia. Nikon D610 con Samyang 35mm f1.4. ISO 1600 a f2,5 con 1/40s. WB 2650ºK. Medición Ponderada al Centro.

Cambiamos de país y ahora nos vamos a la ciudad de Londres.

Ejemplo 4: “Guardia Real”

Londres es una ciudad del viejo continente muy visitada al año por millones de turistas. Como toda buena ciudad emblemática, posee lugares de obligada parada. Bien conocidos son los “soldados de su majestad”, quienes salvaguardan los edificios pertenecientes a las propiedades reales. Su ritual esquemático –y algo robótico en los cambios de guardia–, son un clásico. Cientos de personas se agolpan con sus cámaras para plasmarlos (santa paciencia la suya, todo sea dicho de paso).

Decidí buscar lo opuesto. Metiendo la cámara a través de los barrotes en Buckingham Palace, traté de capturar la simetría unida al color. La fachada del famoso palacio es el monótono tono gris de las construcciones propias: piedra sobre piedra, ventana más ventana. La entrada a cocheras con la puerta circular rompe el esquema continuo, además de ofrecer un tono más ocre en su fondo. Las farolas y garitas negras verticales ya dan el primer contrapunto fuerte a nuestra imagen, donde las casacas de los guardias reales es la llamativa nota de color dominante. La vista se nos va inexorablemente hacia dicho reclamo en la figura de los guardias, rebotando de uno a otro.

De nuevo opté por una composición de horizonte bajo dejando en un término inferior a mis motivos principales, y otorgando con el tercio superior un aire que da dimensión de escala. A tener en cuenta el tono rojizo del pavimento que pudiera pasar desapercibido en un primer vistazo.

“Guardia Real” de © José Luis Valdivia. Nikon D610 con Samyang 85mm f1.4. ISO 100 a f5,6 con 1/125s + 0,7EV. WB 4900ºK. Medición Ponderada al Centro.

Nos movemos un poco más hacia el corazón de la ciudad y recalamos en otro lugar emblemático: Chinatown.

Ejemplo 5 del uso del color: “Chinatown”

El conocido barrio londinense si por algo destaca es por el color. Bien sea de día o de noche. Particularmente escogí la noche por tener ese halo melancólico de las ciudades que tanto disfruto. Uno de sus callejones me sedujo por su festival entre rojos, naranjas, amarillos, azules, violetas…La perspectiva de la composición es un enorme punto de fuga a la altura de los ojos, para así, recorrer de arriba hacia abajo y viceversa la pared con su mosaico.

“Chinatown” de © José Luis Valdivia. Nikon D610 con Samyang 35mm f1.4. ISO 1000 a f2,8 con 1/40s. WB 2700ºK. Medición Ponderada al Centro.

Cambiamos de continente y nos adentramos en África, concretamente: Mauritania.

Ejemplo 6: “La casa azul”

En el poblado de Arkeiss, a 242 Kms de Nouadhibou, en pleno Parque Nacional de Banc d’Arguin, es donde se puede encontrar esta coqueta casa azul. Tras informarme, algunos lugareños me contaron que la casa pertenecía a gente con poder adquisitivo de la ciudad, que hacía poco que se la habían hecho. El poblado es de pescadores muy humildes. Pero no escuché ni una queja. Apenas una veintena de chabolas lo conforman.

Viendo el aspecto de muchas, la “casita azul” se antoja un hotel de lujo en medio de la nada del desierto. Se halla en el camino de salida del mismo. Llama poderosamente la atención semejante derroche de color en un paisaje árido y espartano como el mauritano, donde la arena milenaria es la nota dictatorial salpicada por pinceladas verdes de flora autóctona. Las huellas de los vehículos señalan carreteras improvisadas.

“La casa azul” de © José Luis Valdivia. Nikon D610 con Samyang 35mm f1.4. ISO 160 a f8 con 1/500s + 1EV. WB 4650ºK. Medición Matricial.

Fue ahí, precisamente, donde me coloqué tras darme una buena vuelta por el poblado. Con un punto de vista medio-bajo situé la casa en un tercio superior hacia la izquierda del encuadre. Las huellas de neumáticos marcaban el curioso punto de fuga hasta la línea del horizonte donde se dibujaban tímidas las siluetas de sus montañas. El poderoso chillón azul de la casa compite con el del cielo, con ventanas de tono amarillo más marcado que el de la arena. Un regalo para el fotógrafo encontrarse con tesoros así que hablan de formas distintas de vivir a las de uno. África es puro color.

Ejemplo 7: “Darrá”

Sin irnos de Mauritania, ahora en la ciudad de Nouadhibou, visitamos uno de sus extremos: Cap Blanc, donde se inicia el parque nacional. Reserva de la foca monje y en cuya bahía languidecen varados distintos buques: como el Tánger, que sirvió para la imagen del concurso “Territorio Samyang”.

“Darrá” de © José Luis Valdivia. Nikon D610 con Samyagn 35mm f1.4. ISO 100 a f2,8 con 1/1250s + 1EV. WB 5050ºK. Medición Matricial.

Aquí voy a tratar de reivindicar algo: ¿por qué el blanco es ignorado como color? Damos por hecho –al hablar del color–, que éstos son los clásicos de siempre: rojo, azul, amarillo, verde…Incluso el negro tiene más entidad para muchos. Pero, ¿qué pasa con el blanco? Inclusive en sesiones de boda he visto desaprovechado el blanco del traje por no saber combinar con otros. En la fotografía realizada al atardecer al amigo Fadel (nuestro generoso guía durante la estancia), aprovechamos el uso del color blanco marfil de su darrá (traje tradicional masculino), el viento que lo hacía ondear con mucha personalidad, como una bandera. La fuerza del rojo plomizo de la tierra imprime a la figura de nuestro amigo entidad única, erigiéndose el blanco como ganador frente al tenue azul del cielo.

Mientras caminaba lo seguía componiendo por el visor. Saqué unas cuantas, pero elegí la mostrada por su pose de cuerpo enjuto que trata de avanzar contra el viento. La línea imaginaria del horizonte se sitúa a la altura de su cabeza. El camino en diagonal, a la par que las huellas que van en la dirección de él, triangulan la composición final. Repetid conmigo: “El color blanco es nuestro amigo”.

Dejamos Mauritania y nos marcamos una fotografía “patria”.

Ejemplo 8: “Los abuelos y el castillo”

En la tranquila y bonita Villa de Berlanga de Duero, en las queridas tierras de Soria, que presume de ser donde el Cid ejerció como primer alcalde, realizamos esta divertida fotografía tras el rally fotográfico que organiza Afomic y patrocina Samyang España y Foto24. Paseando por ella es inevitable no alzar la vista hacia el omnipresente castillo que copa toda su parte alta.

Estaba componiendo exactamente la misma toma cuando los dos señores aparecieron en ella. Tras ocupar sus respectivos lugares en el banco, y verme que había bajado la cámara, el de rojo me espetó: “–¿Qué vida llevas, majo?” (Una forma de preguntar por esas tierras “¿cómo estás?”). Les dije que muy bien y disfrutando de todo cuanto ofrecía el paisaje. Se hizo un breve silencio y continuó: “–¿Te molestamos en la foto?”. A lo que respondí que no, que más bien su jersey rojo venía que ni pintado; que si no les importaba salir…El hombre sentenció: “–No me voy a poner a correr ahora…Además hace calor.” Pues con el permiso de mis nuevos amigos proseguí con la composición.

“Los abuelos y el castillo” de © José Luis Valdivia. Nikon D610 con Samyang 35mm f1.4. ISO 100 a f5,6 con 1/320s + 1,3EV. WB 4450ºK. Medición Ponderada al Centro.

Componiendo la fotografía

El conjunto lo visualizaba en tres partes: el castillo en su plano más alejado y en la izquierda del margen superior; la muralla defensiva en segundo plano, y el primero con el muro, el banco y la acera: el banco en diagonal con el castillo. A la hora de tener en cuenta el uso del color, el cielo azul era el color que claramente ganaba la partida seguido del amarillo – naranja de la piedra. Toques verdes de la naturaleza y la nube blanca cerraban la composición. Con la llegada de los señores la fotografía ganó muchos enteros, sobre todo por el jersey rojo que sin pretenderlo se había convertido en el punto fuerte en el que mirar. La pimienta en el guiso. Sin olvidar que, gracias a los abuelitos, la sensación de escala es mucho más acusada.

Pruebe de nuevo a jugar tapando con los pulgares y cerrando un ojo a los dos hombres: verá que la imagen cambia radicalmente, como si faltase algo. Pruebe ahora a tapar a cada hombre por separado dejando al otro. Le ocurrirá cosas similares donde ganará de nuevo el jersey rojo. El otro señor se mimetiza por colores con la pared. Estos son los pequeños regalos inesperados que tiene la fotografía; otros deben madurarse con la quietud que requiere a fin de capturar lo imaginado. Repetid conmigo: “Los vejetes son gente guay”.

Reflexiones finales sobre el uso del color

Un apunte final: seguramente algunos se estarán preguntado ¿qué ocurre si quiero hacer una fotografía en blanco y negro? Pues en la era digital que todavía no proliferan los sensores en dicho formato, la cosa pasa por la interpretación sensitiva de cada uno. Aprender a saber qué colores dominan sobre otros en una escena, para así, cuando llegue el momento de revelar, se sepa cuales nos darán juego para conseguir el dramatismo necesario. Haremos una entrada, no os preocupéis.

Hasta aquí esta segunda parte de “Cuestión de Perspectiva”, esperamos servir de inspiración y que a partir de ahora améis los colores tanto como a vuestras cámaras. Nos vemos en la siguiente.

Fotos: © José Luis Valdivia