Dreamhunters, movidos por la pasión: Como abrir las ventanas (6)
El reencuentro de Albert y Lore con Richard fue algo tan esperado que, en apenas tres días, los Dreamhunters recorrieron más de 1.200 kilómetros por carreteras de locura. Y aún así ellos afirman les va a faltar tiempo si quieren estar en febrero en Sydney… ¡Descubre cómo fue su entrada en Nepal!
“6 de noviembre de 2014.
Dejar la India y entrar en Nepal es como abrir las ventanas de una casa que no se ventila durante días. Recibes tal cantidad de brisa fresca en tu cara que tu cuerpo recuerda sensaciones que ya casi había olvidado. En todos los sentidos: pasamos de tener 38 grados de temperatura ambiental, a tener 28; la gente pasa de agobiarnos y preguntarnos por todo a no hacernos casi ni caso, y sin olvidar un tema muy importante: la comida. Pasamos de alimentarnos de los alimentos indios a poder comer casi como en casa.
Pero ir de Agra a la frontera no fue nada fácil. Sufrimos muchísimo por culpa de un asfalto agrietado por todas partes y de la gente, que te rodea en un momento a la mínima que detienes la moto para beber un poco de agua caliente. En cinco minutos hay tantas personas a tu alrededor que no dejan circular ni a los coches de la carretera, que se ven obligados a detenerse sin importarles, pues también bajan a ver a Richard. Y siempre, siempre, lo primero que quieren saber es el precio de la moto mientras están como hipnotizados mirándola.
Pero la India ya ha pasado de ser un sueño a ser un recuerdo. Por fin llegamos a Pokhara, un lugar de ensueño ante un lago encantador bajo la inmensidad nevada del Himalaya. Nos gusta tanto que nos quedamos 4 días más de lo normal, que aprovechamos para descansar, comer bien y disfrutar del entorno. ¡Un lugar así no se encuentra cada década!
Y cuando ya estamos con el depósito lleno afrontamos los 200 kilómetros que separan esta fantástica ciudad con Kathmandu, la capital de Nepal. Unas carreteras con importantes desniveles y llenas de tránsito que son como un juego de niños si vienes de las carreteras indias. Una vez allí, rápidamente realizamos los trámites para enviar la moto con avión hasta Bangkok. Tenemos que sobrevolar Myanmar, pues para entrar con vehículo propio necesitas a un guía que resulta muy caro. Lo puedes hacer con un grupo y repartir gastos. Nosotros encontramos uno, y nos encantaría haberlos acompañado. Pero aún faltaba mucho tiempo para que la cruzaran, y tiempo es lo que nos empieza a faltar si queremos estar en Sydney en febrero.
Texto e imágenes: © Dreamhunters