Entrevista con Adam Brzoza, el nuevo embajador de Samyang
Apenas lleva ocho años dedicándose profesionalmente al mundo de la fotografía, pero su aventura empezó mucho antes entre las montañas Tatras (Polonia). El fotógrafo Adam Brzoza evoca emociones y atmósferas con sus imágenes y por eso ha sido elegido como el nuevo embajador de Samyang Expedición Islandia, donde ha explorado las cuevas de hielo con su cámara.
¿Cuál es tu visión de la fotografía?
Las Tatras fueron el comienzo de mi aventura con la fotografía. Aunque era difícil de conseguir, lo que quería reflejar era esa energía extraña y optimista que brota cuando un hombre llega a la cima de una montaña o se involucra en una situación completamente impresionante. Hoy en día no sólo hago fotografía de paisajes, sino también publicitaria y aeronáutica e incluso de producto; así que mi visión de la fotografía es muy amplia.
Nunca había visto antes un lugar así, sabía a ciencia cierta que todas estas fotos serían especiales
Cuando hiciste la foto de la cueva de hielo, ¿supiste en ese preciso instante que iba a tener tanto éxito?
Mientras estaba haciendo esa foto, que luego fue nominada para el Grand Press Photo, no tenía grandes esperanzas pero el clima, el aura y el lugar que visité fueron excepcionales en cierto modo. Nunca había visto o visitado antes un lugar así en toda mi vida, así que sabía a ciencia cierta que todas estas fotos serían especiales: sentí que serían diferentes de todas mis tomas anteriores.
Las cuevas de hielo son un tema para fotografiar excepcionalmente espectacular. ¿Es difícil encontrarlas y entrar dentro? ¿Cuál es la temperatura en una cueva de ese tipo?
Cuando me adentré en la cueva, la temperatura en el interior era mayor que la del exterior de la caverna, todo estaba en silencio y pude disfrutar de ese microclima único, muy diferente del que hay en campo abierto. En nuestro caso, escalamos el glaciar para encontrar un camino que nos llevara a la parte interior de la cueva, creamos el área de seguridad, pusimos a prueba nuestro equipo y nos adentramos usando varias cuerdas de seguridad y arneses.
¿Por qué decidiste elegir Islandia como destino de viaje?
Islandia me inspiró con sus cuevas de hielo. Son todo lo contrario de las cuevas clásicas que he explorado antes. Mi enfoque ha sido totalmente diferente del resto de fotógrafos que organizan expediciones a Islandia, ya que en invierno las condiciones son mucho más exigentes, hay menos tiempo para las sesiones y tienes que esperar a que haga un tiempo favorable. Para poder aprovechar el mejor clima posible para las sesiones de fotos teníamos que reprogramar constantemente el día de entrada a la cueva de hielo.
Islandia me inspiró con sus cuevas de hielo. Son todo lo contrario de las cuevas clásicas que he explorado antes
¿Cómo te preparaste para esta expedición y cuánto tiempo te llevaron los preparativos?
Todas mis expediciones fotográficas son espontáneas, así que acabé los preparativos con relativa rapidez. Es difícil poder llevar contigo todo el material de escalada y de fotografía necesarios para el viaje por los límites de tamaño y peso del equipaje que tienen las aerolíneas, pero por casualidad me encontré con un polaco que vivía allí y que podía ayudarme con la logística. Acordamos que podría utilizar su equipo de escalada, así sólo tendría que preocuparme de seleccionar el equipo fotográfico adecuado.
¿Qué tipo de equipo fotográfico que te llevaste para el viaje?
El peso fue el factor más importante para mí a la hora de seleccionar el material fotográfico para la expedición. La calidad de imagen es el segundo factor, siempre puede haber un periódico o agencia de publicidad que diga: “Gran foto, Adam. Nos encanta, nos gustaría usarla en nuestra publicidad”, así que siempre me esfuerzo en llevar un equipo ligero que al mismo tiempo proporcione la mejor calidad de imagen.
Por esta razón, hace varios años que abandoné cámaras réflex y decidí usar cámaras compactas con objetivos intercambiables en su lugar. Realizar fotografías en el interior de una cueva requiere de lentes con un amplio campo de visión y una gran luminosidad, ya que la luz que entra es muy limitada. El único súper gran angular que estaba a la altura del potencial de la Sony 7R durante la expedición era el objetivo Samyang 14mm f/2.8. También llevé un Samyang 8mm f/2.8 Ojo de Pez para Sony NEX-7, ya que es un objetivo muy pequeño y se puede guardar en cualquier bolsillo de la chaqueta.
¿Qué podrías decir de las condiciones de iluminación que prevalecieron en la cueva (o cuevas)? ¿Has utilizado alguna fuente de luz adicional como un flash? ¿Ha usado trípode?
Todas las fotos de debajo del hielo se tomaron el mismo día en la misma cueva, que resultó ser bastante larga – unos 250 metros de longitud hacia el interior de la Tierra. Aunque la exploramos durante un día muy soleado, la cantidad de luz era muy limitada debido a que sólo los haces de luz de ondas más cortas pueden atravesar la gruesa capa de hielo, mientras que el resto son reflejadas por la superficie del glaciar. Por eso las cuevas de hielo en las fotos tienen este color azulado único. Sólo en algunos sitios tuve tiempo suficiente para desplegar mi trípode, lo que me dio un poco de tranquilidad para usar valores altos de apertura y la profundidad de campo deseada.
Me gusta esperar para una buena iluminación, un gran encuadre, estar inspirado… Siempre espero que algo interesante se aparezca ante mis ojos
La foto nominada para el Grand Press Foto final fue una de las primeras que hice cuando bajé en la cueva desde el lugar en el que empezamos la exploración. Apenas dos días después de mi regreso de Islandia empecé a procesar las fotos. Elegí algunas al principio pensando que tal vez era buena idea enviarlas a algún concurso, que podrían participar dentro de la categoría Medio Ambiente.
Durante más de 8 años has estado trabajando en fotografía publicitaria y de reportaje en su sentido más amplio. ¿Qué esperabas de la Samyang Expedición Islandia?
Para ser sincero, todas las expediciones fotográficas son una manera de relajarme, ya que trato de vivir a través de todos esos momentos y de disfrutar de los lugares que visito. Es una experiencia muy diferente de la fotografía publicitaria o del reportaje fotográfico. Aunque disfruto de mis expediciones, al principio no puedo dejar de pensar en que las fotos que voy a hacer luego podrían venderse o publicarse en alguna parte.
Pero luego, cuando ya estoy en plena expedición y empiezo a hacer fotos, me olvido por completo de esas cuestiones. No conduzco mi coche pensando qué podría hacer para vender buenas fotos, conduzco porque me gusta mucho estar en el sitio, me gusta esperar para una buena iluminación, buscar un gran encuadre, estar inspirado… Y yo siempre espero que algo interesante se aparezca ante mis ojos.
Entrevista original: Samyang Europe