Fotómetros de mano (II): Aplicaciones prácticas, fondos negros o contrastes controlados
En este post presentamos algunos ejemplos en los que el fotómetro de mano es una herramienta muy útil para leer la luz que tenemos y lograr así la fotografía que buscamos. Ya sea para asegurar que un fondo es totalmente blanco, negro o para lograr un perfecto balance entre las luces y sombras de un retrato, el fotómetro nos permite, en unas pocas mediciones tener clara la fotografía que saldrá antes de apretar el botón. A continuación te presentamos una serie consejos sobre el uso del fotómetro que te servirán para aplicarlo en tus sesiones.
Cuándo utilizar el fotómetro de mano
En la primera parte se abordó esta cuestión. Para decidirnos es conveniente recordar la principal diferencia que nos aporta el fotómetro de mano. Mientras el fotómetro incorporado en nuestra cámara mide la luz reflejada por la escena, el fotómetro de mano es capaz de medir la luz incidente. Además, muchos fotómetros de mano son flashímetros, es decir, capaces de medir la luminosidad del destello de un flash, cosa imposible con el fotómetro de la cámara.
Con estas características en mente, la situación más clara en que es ventajoso el uso del fotómetro de mano es cuando se trabaja con flashes. En estas condiciones el uso del fotómetro de la cámara es poco útil, por lo que, si solo contamos con la cámara, tendremos que trabajar con el método de prueba-error hasta afinar la exposición correcta. Si además lo que queremos es lograr cierto contraste, o trabajamos con más de un flash, la tarea se vuelve incluso más complicada. Es cierto que con experiencia y oficio hay fotógrafos que logran clavar la potencia del flash a “ojímetro”, pero no suele ser lo habitual. Por lo tanto, aquí tenemos la aplicación reina del fotómetro de mano: fotografías iluminadas por flashes.
El fotómetro nos rendirá al máximo en estudio.
De todos modos, el fotómetro de mano también se puede utilizar con luz continua. Para tener una medición precisa y controlada con el fotómetro de la cámara es necesario trabajar con mediciones puntuales. Con luz continua y medición puntual podemos medir luces y sombras en diferentes puntos y hacernos una idea de la composición de luminosidad de la imagen. Pero existe cierto riesgo, ya que si realizamos la medición a cierta distancia, dado que el área que utiliza la cámara para realizar la medición es muy pequeña, es posible que tomemos una muestra de la imagen poco representativa que haga que sobreexpongamos o subexpongamos la imagen. Evidentemente todo se aprende, y muchas veces es posible repetir la fotografía o medir muchos puntos… Pero si utilizamos un fotómetro de mano, como nos vemos obligados a acercarnos mucho a los objetos y medimos la luz incidente, nos aseguramos de minimizar al máximo los errores de lectura de luminosidad y evitamos estos inconvenientes.
Al final el uso del fotómetro de mano, o no hacerlo, depende de cada fotógrafo. Personalmente creo que sí es útil en muchas ocasiones, y mucho más ágil y exacto que el de la cámara cuando queremos tomar retratos, o queremos una medición muy precisa, en diferentes puntos para asegurar que una sombra tendrá detalle pero las luces no saldrán quemadas.
Con luz continua el fotómetro de mano también nos permite trabajar de manera ágil.
Posición del fotómetro durante la medición
Un aspecto preliminar importante antes de ver algunos ejemplos de uso del fotómetro de mano es dónde se debe colocar el fotómetro y hacia dónde debe orientarse. Muchos manuales dicen que se tiene que poner a la altura del sujeto y orientado hacia la cámara, independientemente de donde venga la luz. Y, en retratos, concretamente en la barbilla del modelo. Al medir luz incidente, el fotómetro es capaz de recoger la luz en un ángulo de 180º frente a él, por lo que parece razonable orientar el fotómetro hacia la cámara y en un punto representativo de la imagen como la barbilla.
De todos modos, cada uno tiene su método, y en mi caso, si quiero tomo varias medidas para hacerme una idea de los valores en varios puntos de la escena, prefiero medir orientando en un ángulo intermedio entre la luz principal y la cámara. Aunque las diferencias de medición no son enormes, sí que pueden variar significativamente. Y, de hecho, si en los 180º de la semiesfera una parte importante está oscura por ser la iluminación muy lateral o incluso a contraluz, la medición será más “oscura” y pedirá abrir más el diafragma, por lo que es posible que las partes más claras de los modelos se sobreexpongan demasiado. Es por eso que prefiero escoger un punto medio o incluso medir directamente la luz que llega al sujeto desde la fuente de luz. Otros compañeros siguen el manual que indicaba al principio. Y, personalmente, creo que mientras tengas claro qué estás midiendo y qué implica, siempre llegarás a buen puerto. Y, como es rápido, nunca está de más hacer varias mediciones con el fotómetro para tener clara la distribución de luz en la escena. Por ejemplo, en la imagen de Ganesha que comentaremos en el ejemplo 1, la diferencia de realizar la medición orientando el fotómetro al flash (fuente de luz) o a la cámara, era de medio paso. No excesivo, pero tampoco despreciable.
Por otro lado, para elegir dónde poner el fotómetro es necesario aplicar el sentido común, ya que no existe una regla universal y, al final, todo dependerá de la composición de cada escena. En general, se tiene que intentar hacer la medición en la parte más iluminada de la escena, que es la que tiene mayor probabilidad de quemarse. En retratos, por ejemplo, esto significa hacer la medición en la parte de la piel más cercana a la fuente de iluminación. Por ejemplo, en una fotografía de desnudo, si ponemos un flash lateral a la modelo, el hombro de la modelo que queda más cercano al flash será la parte más iluminada y será conveniente realizar la medición ahí.
Ejemplo 1: medición del contraste o diferencia entre altas luces y sombras
En imágenes con sombras pronunciadas, el fotómetro de mano será útil para ajustar las luces.
Podemos definir el contraste como la diferencia de luz presente en las zonas con sombras y las zonas de altas luces. A efectos prácticos, es la diferencia de exposición que tendremos entre las partes de las imágenes que reflejan más luz (suelen ser a las que les llega la luz directamente) y las partes que reflejan menos luz (las que están a la sombra). Al hacer la medición para la exposición es importante tener en cuenta el contraste y la diferencia de luminancia entre luces y sombras. Si no lo hago así, puede ser que las sombras queden totalmente negras, sin ningún detalle, o bien que las luces se sobreexpongan demasiado y se quemen. Por lo tanto, para una correcta medición teniendo en cuenta el contraste de la escena necesito:
- Conocer el rango dinámico de mi cámara (cuántos pasos de luz puede haber entre luces y sombras sin llegar a perder toda la información). Actualmente el valor se sitúa entre 10 y 14 pasos.
- Poder medir la luz que llega a la zona en sombras y a la zona de altas luces. Así sabré si la diferencia entre ambos la soporta el rango dinámico de mi cámara.
En la imagen siguiente en estudio se muestra cómo utilizar el fotómetro para controlar las luces y sombras. En este caso la figura de Ganesha está iluminada por un único flash lateral, a la altura de la escultura. El fondo, una simple tela negra, no está muy alejado y, de hecho recibe luz del flash.
Detalle de las mediciones obtenidas con el fotómetro de mano.
Para medir con el fotómetro de mano, fijamos la velocidad en 125 para evitar trepidación y el ISO en ISO 100 para maximizar la calidad final de la imagen. En la fotografía se incluyen las mediciones hechas con el fotómetro:
- Medición de las luces: medición en el lado más iluminado del modelo y, en concreto, en la parte que recibe más luz, habitualmente la más cercana al foco de luz. Aquí la medición fue de f/8.
- Medición de las sombras: medición en el lado con sombras predominantes del modelo. Aquí la medición fue de f/2 + 0,9 pasos (lectura del fotómetro). A efectos prácticos, es casi una abertura de f/4. El fotómetro se colocó de manera que quedara totalmente en la sombra.
- Medición del fondo 1: se mide la luz incidente en el fondo en el punto más iluminado. Se obtiene una medición de f/5,6 aproximadamente.
- Medición del fondo 2: se mide la luz incidente en el fondo en el punto menos iluminado. Se obtiene f/4 + 0,6 pasos.
Con esta información ya podemos entender cómo se verá la imagen antes de disparar. Si nos fijamos en Ganesha, entre luces y sombras hay algo más de dos pasos de luz (de f/8 a f/4). Por lo tanto las sombras serán marcadas aunque tendrán información de sobras. En mi caso sé que si mido para las luces y supero los tres pasos de diferencia ya pierdo demasiado detalle en las sombras por lo que se verá casi negro. Con dos pasos habrá detalle pero la diferencia entre luces y sombras será muy llamativa.
El fondo recibe mucha luz y solo está un paso por debajo de la parte más luminosa, y más incluso que las sombras del modelo. Al ser una tela negra se verá oscura, pero habrá suficiente luz para ver incluso alguna arruga o pliegue, no será un negro absoluto. Si fuera una tela blanca, se vería de color gris. Si quisiéramos un fondo con un negro más absoluto, habría que separar el sujeto del fondo. Entre la derecha y la izquierda del fondo, aunque se mide algo de gradiente en la iluminación, sólo hay medio paso de iluminación ya que el escenario es muy pequeño. Por lo tanto, casi no se aprecia el degradado en el negro.
Supongamos que no quiero unas sombras tan oscuras en la cara del modelo. Puedo poner un segundo flash frontal a baja potencia, de relleno, que ilumine tanto luces como sombras y me ayude a disipar un pelín las sombras. Puse el flash de relleno a 1 metro e hice la medición con el fotómetro en luces y sombras.
Efecto de la luz de relleno para aclarar las sombras, a 1 metro y a 1,5 metros.
En este escenario además aproveché la situación para hacer un pequeño ejercicio y, a continuación, alejé el flash a 1,5 m y repetí la medición. Los valores del fotómetro y la diferencia visual se ven en la imagen comparativa anterior.
Al separar el flash de 1 m a 1,5 m, aumenté un 50% la distancia, por lo que la luz incidente de este flash sobre Ganesha será 2 veces menor, es decir, un paso (ya sabéis, ¡la famosa ley inversa del cuadrado!). Este cálculo se verifica al hacer la medición con el fotómetro, pasando de tener en las sombras de casi f/5,6 a f/4 al alejar el flash, es decir, un paso de diferencia. En la imagen se observa visualmente la diferencia entre las sombras iniciales (f/2.8) y las “aclaradas” con el flash de relleno a 1 m (f/5,6) y a 1,5 m (f/4). Como el aumento de la exposición es potencial, en las luces el efecto del flash de relleno es muy suave y apenas sube alguna décima de paso.
A efectos prácticos, como autor, escogeré la imagen que transmita lo que yo desee. Una escena con las sombras muy oscuras y alto contraste suele producir imágenes más dramáticas, más impactantes o inquietantes. Sombras muy claras suelen transmitir más suavidad y tranquilidad. Sabiendo qué quiero, con la ayuda del fotómetro y los flashes adecuados, podré controlar de manera muy fina el contraste de mi escena entre luces y sombras y transmitir el mensaje que yo quiera.
Ejemplo 2: lograr tener un fondo negro
Es muy habitual en sesiones en estudio buscar un fondo totalmente negro que realce y destaque mi modelo u objeto a fotografiar. Para lograrlo, aunque ayuda, la solución no es poner una tela o vinilo negro. De hecho, si ponemos una tela negra pero llega suficiente luz se verá gris, ya que algo de luz siempre se refleja. Si tenemos un fondo blanco y no llega luz, se verá negro. Por lo tanto, para tener un fondo negro, lo único que necesitamos es que al fondo… ¡no llegue luz! O, al menos, que llegue mucha menos luz que al sujeto principal. Para estar seguro de ello, el fotómetro de mano vuelve a ser un valioso aliado.
En la práctica, mediríamos el sujeto y luego mediríamos la luz que llega al fondo (incidente). Si el fondo es oscuro hay una diferencia de exposición de más de dos pasos, el fondo se verá negro. Evidentemente, si el fondo no es oscuro, reflejará más luz y puede ser necesaria una mayor diferencia de iluminación (es decir, alejar más el sujeto del fondo) y requerir 3 ó 4 pasos de diferencia. Así se puede lograr un fondo negro incluso en la calle a plena luz del día.
Como ejemplo, en la foto anterior había un flash a 45 grados que iluminaba la flor muy de cerca y el fondo estaba a unos 4 metros, suficiente para que prácticamente nada de luz llegara al fondo. Al hacer la medición de luz incidente con el fotómetro, se comprobó cómo la diferencia de exposición entre la flor y el fondo era de 3,7 pasos. Por ello se logró un negro casi absoluto.
Por último, comentar que si la luz ambiente es importante o el flash es poco potente, también tendremos que ajustar velocidades de obturación lo más pequeñas posible, para que la luz ambiente no se cuele en la fotografía. Y si, con todo, algo de luz se cuela y hay algún pequeño reflejo que se vea, lo más sencillo para tener un fondo negro es, en fase de edición, jugar ligeramente con la barra de “negros” en el Lightroom o similar y eliminarlos respetando las luces.
Ejemplo 3: lograr tener un fondo blanco
Otro fondo muy buscado en fotografía de estudio es el fondo blanco, ya sea para retrato o fotos de producto. En esta ocasión hay que proceder como antes pero en sentido inverso, es decir, el fondo tiene que reflejar bastante más luz que el sujeto principal. Para ello suele ser necesario disponer de un par de flashes dedicados a iluminar el fondo y un fondo claro. Son recomendables dos flashes para ello porqué así logramos fácilmente un fondo con una intensidad del luz homogénea. Con un flash, si la fotografía abarca una zona grande del fondo, es posible que se observe un degradado.
Por lo tanto, para tener un fondo blanco mediremos con el fotómetro la luz incidente en el sujeto principal y luego mediremos la luz del fondo. El fondo debería presentar una luz incidente de uno o dos pasos por encima del sujeto (para un fondo de color blanco).
Para mediciones de los fondos también puede ser útil medir la luz reflejada, que al final es la que llegará a la cámara, aunque entonces debemos tener en cuenta que un fondo blanco refleja más luz que el gris medio (y habrá que compensar la medición obtenida sobreexponiendo un par de pasos a la medición hecha y llegar hasta los tres pasos de sobreexposición respecto al sujeto) y un fondo negro refleja menos luz que el gris medio (y habrá que compensar la medición subexponiendo un par de pasos).
A diferencia del fondo negro, cuando buscamos un fondo blanco no podemos pasarnos y sobreexponer en exceso el fondo. Si lo hacemos, tendremos halos o veremos como el fondo “se come” al sujeto en los bordes, afeando la fotografía. Por ello, para lograr el fondo blanco hay que ser muy cuidadoso y encontrar el punto justo de sobreexposición. Si nos quedamos cortos de iluminación del fondo, se verá grisáceo, si nos pasamos, se quemará la foto. Como ejemplo, una imagen en que el fondo es tan brillante que se come el contorno de la copa, obteniendo un resultado curioso sin usar Photoshop.
Otros usos del fotómetro
Como se ha comentado, aunque la aplicación reina del fotómetro de mano es el uso como flashímetro, también es útil cuando se trabaja con luz continua, ya que permite medir la luz que llega a la escena y no es necesario tener en cuenta el “error” que puede cometer el fotómetro de la cámara en función de la reflectancia de la escena. Al retratar un primer plano de un caballo blanco o uno negro bajo el sol, por ejemplo, el fotómetro de la cámara me dará dos mediciones distintas y erróneas mientras que el fotómetro de mano me dará el mismo valor en las dos y será la exposición correcta. Evidentemente, en el primer caso siempre se puede corregir la medición o ajustar la exposición con el histograma, pero con el fotómetro de mano nos ahorramos este proceso.
También en fotografía de paisajes es interesante poder medir la luz incidente, aunque no sea imprescindible, y además nos permite aprender un montón sobre el comportamiento de la luz: podemos conocer las diferencias de exposición entre la parte soleada y a la sombra de una escena, saber cuántos pasos perdemos cuando está nublado, el efecto de la dirección del sol respecto a la cámara…
En conclusión
Aunque es útil en otros ámbitos, el uso del fotómetro de mano se vuelve vital en la fotografía con flashes. En este post hemos mostrado un ejemplo de cómo preparar una imagen con el uso del fotómetro y qué mediciones merece la pena realizar para tener un control absoluto de la imagen resultante. Es importante medir tanto luces como sombras en varios puntos, ya que así podremos afinar el contraste final. También nos permitirá controlar el tono del fondo, ya queramos tener un fondo blanco, uno negro o conocer el degradado tonal que se da. Y por último, una importante cualidad del fotómetro de mano es su valor pedagógico: es una herramienta sencilla y, si tenemos voluntad, nos brindará mucha información sobre el comportamiento de la luz que terminaremos por interiorizar y nos entrenará el ojo. Y vosotros, ¿utilizáis el fotómetro de mano? ¿Le dais otros usos? ¡Os invitamos a compartir vuestras experiencias con el resto de usuarios!