Qué es la fotografía aérea y consejos básicos para iniciarse

Una de las mayores inquietudes de los fotógrafos es como conseguir algo diferente. Tomas sorprendentes que se salgan de lo común y sean de gran impacto visual. ¿Alguna vez te habías planteado fotografiar desde el aire? La fotografía aérea te puede brindar la oportunidad de conseguir grandes resultados en ese sentido, solo necesitas seguir unas pautas básicas, un poco de creatividad y ganas de atreverte. ¿Te animas?

¿Qué es la fotografía aérea?

Se denomina fotografía aérea a aquellas imágenes que se capturan desde el aire. Aquellas en las que vemos el paisaje como lo haría un ave en vuelo. Este tipo de fotografía es especialmente útil en cartografía, arqueología, geología, vigilancia y ámbito militar, aunque también se ha desarrollado como otra vertiente dentro de la fotografía artística.

La fotografía aérea se realiza con cierta perspectiva, orientando la cámara hacia el horizonte para poder abarcar un paisaje mucho más amplio. Las imágenes nos localizan geográficamente y nos permiten observar la realidad desde un punto de vista poco habitual.

Foto: Kevin Young

¡Vuela con tu cámara! Medios para realizar fotografía aérea

Si quieres tener el control total sobre tu fotografía lo mejor que puedes hacer es izarte hasta las alturas con tu equipo. Para esto encontrarás varias opciones más o menos arriesgadas y económicas.

En avión

Aunque es el más barato, puesto que probablemente estés pensando en aprovechar un vuelo regular para hacer alguna foto, presenta varios problemas que te lo pondrán muy difícil para realizar una toma de este tipo en condiciones. Si quieres aprender a hacer fotos desde la ventanilla de un avión, no te pierdas este artículo.

El primer problema es la excesiva altura, que en la mayor parte del recorrido solo te permitirá ver nubes. El segundo las pequeñas ventanas con gruesas cristaleras, que por un lado te limitan mucho el encuadre, restan una gran nitidez a las fotos y aportan demasiados reflejos. Y el tercero es que no tendrás ningún poder de decisión sobre el rumbo. Es por eso que este medio está totalmente desaconsejado.

En avioneta o helicóptero

Probablemente los más utilizados, y menos económicos. Tienen la ventaja de que normalmente podrás alquilar un vuelo particular, con lo que el piloto podrá realizar varias pasadas por el lugar que le indiques. El vuelo es muy bajo y te situará a la altura ideal para realizar las mejores tomas.

Antes de contratar este servicio confirma que el piloto te dejará volar con la puerta abierta para que no tengas obstáculos. Asegúrate también de que dispone de las sujeciones adecuadas (arneses, cinturones de seguridad…) que te permitan libertad de movimiento pero te aseguren perfectamente para volar en esas condiciones. Aunque tú estés bien sujeto, procura que la mochila con tu equipo también lo esté porque puede ser muy desagradable verla caer al vacío. Y recuerda: ¡agarra bien tu cámara!

Foto: Epicurrence

En globo

Este es otro fantástico medio de locomoción con fines fotográficos. Presenta la ventaja de que se mueve mucho más lento lo que te permitirá recrearte más en cada escena y buscar los mejores encuadres. Al igual que la avioneta, puede volar también muy bajo, con la ventaja de que tendrás tu equipo muy bien protegido dentro de su cesta.

Foto: Austin Ban

En ala delta o parapente

Acompañado de un profesional que lo dirija, cualquiera de estos dos métodos permite planear, con lo que tendrás también oportunidades fotográficas. Aquí no podrás cargar con tu equipo y tendrás que conformarte con la cámara y un objetivo (angular estándar por lo general).

Aunque la adrenalina del “deber” fotográfico te posea debes hacer caso en todo momento al instructor para garantizar la seguridad del vuelo. Lleva la cámara muy bien sujeta con la correa. Incluso trata de llevarla corta y asegurada a algún arnés o un sistema similar. Sobre todo protégela para que no se golpee en el aterrizaje. Puedes comprarle una carcasa antigolpes para estos casos.

Desde lo alto de un rascacielos

Si no tienes recursos en algunas ciudades puedes recurrir a subir a algunos de los edificios más altos del mundo, desde donde podrás tomar magníficas fotos aéreas tras una cristalera. Emplea un filtro polarizador para minimizar los reflejos y cambiarlos de sitio.

El uso de drones: una alternativa en alza

Con la popularización de las actioncams (pequeñas cámaras de vídeo destinadas a su uso en deportes de riesgo), esta tecnología se ha ido adaptando también a la fotografía. Hoy en día existen varios dispositivos que te permiten colocar tu cámara de fotos sobre un pequeño girocóptero manejado a distancia.

Estos ingenios son los drones, sobre los que puedes colocar tu cámara para elevarla a las alturas. El manejo de un drone, o vehículo no tripulado, es complejo y requiere de mucho tiempo de entrenamiento. Te aconsejamos que no montes tu cámara sobre uno hasta que estés seguro de que puedes hacerlo aterrizar en condiciones de total seguridad. De lo contrario puedes terminar con tu equipo hecho añicos y con una o ninguna foto de vuelta.

Foto: Shane Perry

Técnica básica para hacer fotografía aérea

La ventaja de las tomas aéreas respecto al resto de paisajes es que desde arriba prácticamente todo lo que fotografías está en el mismo plano. Es por ello que no vas a tener problemas de profundidad de campo y por lo tanto no es necesario que cierres mucho el diafragma y puedes utilizar otros muchos abiertos.

Utilizar un diafragma del tipo f/5.6 te permitirá seleccionar una velocidad de obturación más rápida de modo que seas capaz de compensar la trepidación de la avioneta, globo… y tu movimiento respecto a la escena estática. Nunca busques la estabilidad apoyándote en alguna parte de tu medio de locomoción, ya que las vibraciones o su propio movimiento lograrán justo el efecto contrario al que pretendes.

Lo recomendable es utilizar un objetivo angular estándar o gran angular, pero en ocasiones encontrarás muy útil realizar un plano más corto sobre algún elemento en cuestión. Cuando se trata de fauna, puedes recurrir a un teleobjetivo de modo que al menos captes su figura y no solo plasmes unos puntitos incomprensibles.

Foto: flohrflohr

La fuerza de la fotografía aérea está en las texturas. Explota las formas y los colores para lograr composiciones abstractas y sugerentes. No descuides la organización de los elementos en la toma ya que en este tipo de fotos es donde te la juegas.

Foto: Matt Benson

Ortofotografía y fotografía orbital

En fotografía aérea, cuando el plano de la tierra está totalmente paralelo al plano de la imagen, se denomina fotografía vertical u ortofotografía. Es decir, la cámara está enfocando de forma perpendicular al suelo. En las fotografías verticales el paisaje se encuentra bien delimitado dentro del cuadro y todos los elementos que aparecen en ella están a la misma escala, sin deformaciones ni errores de perspectiva gracias a un proceso de corrección digital conocido como ortorrectificación.

Las fotografías verticales se utilizan en cartografía y otros estudios fotogramétricos. También sirven para realizar mediciones exactas sobre el terreno, por ejemplo para superponerlas sobre un plano de construcción y comprobar si hay desviaciones o si todo es correcto.

Foto: Cedar Beauregard

Tampoco confundas fotografía aérea con fotografía orbital, ya que ésta última se refiere a aquellas imágenes que se capturan desde una altura muy superior mediante cámaras situadas en satélites que orbitan (de ahí su nombre) alrededor de la Tierra u otros aparatos espaciales.

Las fotografías resultantes abarcan un área también de mucha más extensión y normalmente sirven para ayudar en estudios meteorológicos y en la investigación de recursos naturales.

Foto: skeeze

Foto destacada: Epicurrence