En nuestro primer artículo de la fotografía realizada con cámaras sin espejo, hicimos especial hincapié en tratar de mostrar un poco de dónde se venía, cuál era la situación actual, y hacia dónde parece querer tirar el mercado. Algunos hablan de moda pasajera, otros de certeza presente, y otros de quizás una apuesta de futuro. Sea como fuere estas máquinas levantan un debate tan apasionado como lo ha sido siempre el tan manido si eras de Nikon o Canon. Recientemente, alguna que otra guasa se ha originado al ver que las más importantes agencias mundiales, cubrirán los Juegos Olímpicos con máquinas réflex alejadas de este universo mirroless. Creo que los modelos actuales están más pensados para un determinado tipo de fotografía, si bien la apuesta por las nuevas versiones de los importantes fabricantes empiezan a estrechar el círculo equiparando prestaciones, como ha sido la recientemente presentada Fuji X-T2.
Estamos muy obsesionados con unas máquinas llenas cada vez más de dichas prestaciones, sin apenas darnos cuenta el escaso tiempo entre unas y otras, actualizándose o sustituyendo modelos, donde deberíamos pararnos a pensar si los “fotógrafos” gozan de igual “actualización” de cara a mejorar su visión del mundo y la propia obra. Con tal idea pensamos que lo mejor era dejar esta segunda parte en manos de las opiniones y reflexiones personales de tres buenos fotógrafos que trabajan con equipos sin espejo, y cuya calidad de su obra está fuera de toda duda. Son embajadores de las tres firmas más sonadas en estos momentos: Fujifilm, Olympus y Sony. Ellos son: David Airob, Tino Soriano y Javier Águeda; a los que damos infinitas gracias por participar de esta entrevista.
David Airob, Fujifilm X-Photographer
Tengo el placer de compartir con David Airob el ser fotógrafo oficial de la firma Fujifilm. Habíamos coincidido en varios certámenes sin llegar a conocernos, algo que sí ocurrió cuando la firma nos invitó con la delegación española a la presentación en Tokyo de la X-Pro2. Días de buenos ratos, risas, anécdotas y siempre hablando de máquinas, autores, fotografía o la vida…; cosa que seguimos haciendo siempre que podemos. Su fotografía hace tiempo que es seguida por muchos no solo por el gran medio en el que trabaja, “La Vanguardia”, sino por ese plus de “algo más” que la mera foto de relleno con la que se conforman muchos a diario en sus respectivos trabajos. David es un todoterreno en la fotografía y el vídeo. Recomiendo, amigo lector, que si aún no ha tenido la oportunidad de ver “La caja de cerillas”, lo haga y disfrute. Conozcámosle.
David Airob (Barcelona, 1967) fotoperiodista del diario “La Vanguardia”, rotativo del cual fue su Redactor Jefe de Fotografía de 2007 a 2010 y para el que ha cubierto todo tipo de informaciones, desde Campañas electorales a Juegos Olímpicos. Paralelamente a su trabajo en dicho periódico, ha llevado a cabo proyectos personales que han sido galardonados en certámenes internacionales cómo: World Press Photo, Sony World Photography Awards, Poy Latam, etc.
Ha publicado en revistas como: Time, Paris Match, Der Spiegel, etc. Durante los últimos años se ha adentrado en el mundo del video co-dirigiendo, junto a David Ramos, el corto “Calcio Storico”. Es el director del documental “La Caja de Cerillas” sobre el fotoperiodista Joan Guerrero.
Web: www.davidairob.com
Instagram: @davidairob
P. David, eres un conocido fotoperiodista que trabaja en La Vanguardia, y hemos podido comprobar en los últimos años cómo combinas tu trabajo usando las réflex y las sin espejo simultáneamente. Cuéntanos esta experiencia conviviendo con ambos mundos y cómo surgió.
R. Para descubrir los orígenes nos tenemos que remontar a la edición de Photokina en la que Fuji presentó la primera X-100. Me quedé prendado de esa cámara y no paré hasta probar una. Ahí surgió mi primer contacto con esta marca y mi relación con ella.
Hace muchos años, concretamente desde el 92, que trabajo con material Canon y salvo algún modelo en concreto, cómo aquella EOS1 Mark III que no enfocaba ni a un árbol, siempre he estado muy contento con el rendimiento de este fabricante.
Cómo fotoperiodista, mi día a día se nutre de diferentes temáticas: Política, Cultura, Sociedad, Deportes, etc. Es por ello que precisas un equipo que puedas moldear según las necesidades de cada jornada.
A medida que han pasado estos últimos años, he ido incorporando equipo Fuji a mi trabajo para realizar algunas asignaciones en concreto, pero no ha sido hasta la aparición de la reciente X-Pro2 que lo he hecho con más asiduidad. De estas cámaras valoro muchísimo el tamaño y el peso, amén de unas lentes de gran calidad. Creo que hasta el lanzamiento de este modelo eran cámaras lentas de encendido y de autofocus, lo que limitaba el tipo de cobertura que podía hacer con ellas.
No creo en la cámara que sirve para todo, es más, creo que no existe. Cada una de ellas tiene su hábitat natural y nosotros debemos saber cómo y donde aplicar las ventajas de cada una de ellas. No es lo mismo trabajar con una Mirrorless que con una DSLR o un Medio Formato, y no sólo lo digo a nivel técnico sino por la forma que te hace mirar cada tipo de formato.
No me llevaría una X-Pro2 a una cobertura deportiva, cómo por ejemplo un partido del FC Barcelona, en cambio he podido hacer fotos con cámaras Fuji en otro tipo de información donde tenía que pasar desapercibido. La discreción de una cámara tipo X-100 me ha permitido tomar imágenes que con una EOS 1 hubiera sido imposible por su tamaño. Me refiero a situaciones donde existía cierto riesgo físico si te veían que estabas fotografiando. En estas ocasiones una Mirrorless es mucho más letal que una DSLR de las “gordotas”.
A pesar de no ser unos equipos 100% recomendables para deportes (veremos la nueva X-T2 que promete mucho), David se desenvolvió muy bien en esta prueba de rally con la Fuji X-T10 y el Fujinon 50-140mm f2.8. © David Airob.
P. Una de las preguntas que más recibimos a diario, como bien sabes, va destinada a que recomendemos o no estos equipos sin espejo. Hace un par de años podríamos decir que la cosa tenía cierta incertidumbre, pero ahora se ven auténticas migraciones completas. ¿Presente efímero o realidad de futuro según tú? ¿Consideras, como muchos auguraron, que estos equipos son un bluff?
R. Ni mucho menos. Estos equipos son muy recientes y en cinco años han evolucionado una barbaridad, más que las DSLR de formato completo. Muchos han visto en ellas un equipo liviano y pequeño que cubría con creces sus necesidades. Es ahí donde creo que está la clave, saber qué necesitamos. En ocasiones se buscan cámaras con muchos millones de píxeles, para ver posteriormente las fotos en la pantalla de un ordenador. Es algo que siempre me ha llamado la atención. Si tuviera que decir un defecto de la X-Pro2 sería su cantidad de megapíxeles. Creo que con 18 o 19 millones hubiera sido más que suficiente. Me temo que muchas veces se habla más de la cantidad que de la calidad del píxel. Es importante que sepamos qué vamos a fotografiar y sobre todo cuál será nuestro flujo de trabajo en la postproducción de nuestras imágenes. Algo similar ocurre en le mundo del vídeo donde la gente demanda 4K y no tiene ordenadores lo suficientemente potentes para trabajar con tanto tamaño de archivo.
No puedo vaticinarlo al 100%, pero creo que puede llegar el día en el que las DSLR de formato completo queden sólo para un alto porcentaje de algún sector profesional en concreto y el resto, junto al parque de fotógrafos aficionados, se nutra especialmente de modelos sin espejo. Cámaras que no son un presente efímero sino real. Su futuro dependerá de la implicación de los fabricantes en mejorarlas y evolucionarlas mucho más.
Otro gran instante deportivo captado en el reciente torneo Conde de Godó al tenista Nishikori. Fuji X-Pro2 con el estrenado Fujinon 100-400mm. © David Airob.
P. ¿Crees, con todo cuanto estamos viendo, que las sin espejo nacieron más bien para rescatar a según qué firmas cuyo futuro era incierto?
R. No lo creo. Si nos fijamos por ejemplo en el caso de Fuji observamos que se trata de un fabricante de lentes cinematográficas, de televisión, con divisiones muy consolidadas en su sector y que decidió adentrarse en el mundo del Mirrorless en un momento que todo era una incógnita. El éxito de la primera X-100 fue más bien inesperado pero fue el pistoletazo de salida a toda la gama “X” que ahora compone su parque de cámaras y objetivos con un gran éxito de ventas.
Unas simpáticas “abejas” son retratadas por David con una Fujifilm X-Pro1 y el Fujinon 23mm f1.4. © David Airob.
P. Sé que en tu día normal, como hombre pausado para captar momentos, llevas “tus pequeñas” contigo. Pero, ¿qué hace falta para que te decantases del todo por trabajar únicamente con una cámara sin espejo en tu trabajo? ¿Qué debería aportarte Fujifilm en ese sentido?
R. Cómo he apuntado anteriormente, es difícil que un equipo sirva para todo y es por esta razón que no me veo en un futuro utilizando tan solo un tipo de cámaras. Considero importante que cada fabricante sepa cual es su hábitat real y sobre todo su filosofía de producto y evolucione respetando estos parámetros, especializándose realmente en gamas muy concretas.
Fuji tiene dos líneas de trabajo, la serie X-Pro y la X-T. Es en estas últimas donde se incorporan las principales mejoras en cuanto AF, velocidad de disparo, vídeo, etc. pero es importante no olvidar que el éxito vino con cámaras tipo X-100, con ese diseño más “telemétrico” que les otorgaban un factor diferencial, por lo que ambas líneas deberían evolucionar a la par para no mermar prestaciones al usuario de cualquiera de ellas.
P. Dinos los Pros y Contras de usar uno u otro equipo según tu visión personal y profesional.
R. Hablando de cámaras DSLR Full Frame, sin duda alguna su hándicap está en el peso y el tamaño. Por el contrario, el sistema AF de sus buques insignias son muy buenos y el trabajo de los sensores a altos ISO excelente.
Las mirrorless ofrecen otras cualidades que yo priorizo: peso, tamaño y por lo tanto discreción. Hablar de la calidad de sus sensores va estrechamente ligado a nuestras necesidades. A veces escucho opiniones otorgando a un sensor Full Frame la calidad de un medio formato o de un APS-C la de un Full Frame, y creo que es un gran error, porque el tamaño de sensor marca mucho la diferencia. Por esta razón doy mucha importancia a saber cuales son nuestras necesidades. Al igual que no preciso la calidad de un medio formato en papel prensa, en muchas ocasiones la calidad de un sensor APS-C me resulta suficiente y mi espalda me lo agradece un montón.
Por el contrario, son cámaras que incorporan visores digitales y esta característica es la que a muchos fotógrafos profesionales no acaba de convencerles, pero no hay otro remedio. Se precisa de un cierto tiempo para habituarse y entiendo que exista esta reticencia después de tantos años mirando exclusivamente por un espejo, pero creo que es eso, una cuestión puramente de tiempo. Los visores digitales han mejorado mucho en los últimos años y deben seguir evolucionando. En mi caso sólo utilizo éste en cámaras tipo X-Pro2, nunca el óptico.
Hinchas de la selección argentina captados en la final de la Copa del Mundo de Brasil por una Fuji X-T1 y el Fujinon 56mm f/1.2. © David Airob.
P. La experiencia nació hace ya cinco años con la afamada X100, que enamoró a millones de usuarios, y hay quienes piensan que por el camino se ha perdido cierta filosofía en la firma en los posteriores modelos. ¿Cómo has vivido estos años de evolución y posicionamiento de la firma en el mercado?
R. Mi relación como embajador de Fuji se inició con la primera X100 por lo que he tenido la inmensa suerte de probar prácticamente casi todas las cámaras que han salido desde entonces. He realizado análisis sobre los pros y contras de cada modelo e informes para la fábrica destacando las virtudes, pero sobre todo alertando de posibles errores o posibles cambios para mejorar el producto. Entre un Embajador y el fabricante debe existir esa confianza de poder hablar con claridad para alertar sobre todas esas cuestiones y con Fuji siempre ha existido esta relación. Sería un error por mi parte estar ligado a una marca porque me dejen cámaras u objetivos y por ello decir que son siempre maravillosas. Nosotros, los embajadores o probadores oficiales, tenemos que ser los más críticos ya que sólo de este modo se mejora el producto, a la vez que nos alegramos cuando el sistema en el que creemos aporta aquellas cualidades o mejoras deseadas.
En mi opinión, lo que más ha mejorado en las cámaras Fuji ha sido el hardware, así como el procesador, otorgando en los últimos modelos una velocidad de funcionamiento que era muy necesaria. Los sensores también han mejorado a nivel de ruido, pero en este caso sigo siendo un enamorado del sensor que equipaba la primera X100. Cierto que daba más ruido a altos ISO pero tenía, y tiene, algo especial. Diría que su textura de toma es más “analógica”. Lástima que su velocidad de funcionamiento y AF no está a la misma altura y en este sentido es incomparable con la X100T. Ni qué decir tiene lo que puede ser una futura X100 con la velocidad de funcionamiento de una X-Pro2.
Los conocidos “correfoc” en Cataluña plasmados con una Fuji X100T. © David Airob.
P. ¿Con qué modelo de la firma trabajas más cómodo y por qué? ¿Cómo ves el parque óptico de la marca? Esa es una cuestión que trae de cabeza a muchos usuarios en estos sistemas.
R. Siempre he trabajado con la línea X-Pro pero por una cuestión puramente estética. Me gusta su diseño porque es más clásico y fue lo que me enamoró de la primera X100, incluso desconociendo los resultados que podía ofrecer. Unos de los modelos con el que más cómodo me he sentido ha sido la X-E1.
Creo que estas cámaras tienen un factor diferencial importante: son pasionales. Lo he observado en muchas personas que consideran a su “pequeña” como algo más que una simple cámara fotográfica. Existe una relación de enamoramiento y me incluyo totalmente en este tipo de usuario. Recuerdo perfectamente que fue lo que sentí al ver la primera X100 tras muchos años trabajando con réflex de alta gama. Como dice la canción “…las callecitas de Buenos Aires tienen ese qué sé yo…” pues algo similar hallé en esa cámara.
Actualmente trabajo con la reciente X-Pro2 y en momentos puntuales con la X100T. A veces, cuando salgo a pasear cojo la X100 original por lo antes comentado y por el hecho de sacarla a callejear un ratito.
Creo seriamente que hay un antes y un después de la X-Pro2 gracias a la cantidad de mejoras que ofrece respecto la X-Pro1, e incluso con la X-T1.
En cuanto al parque óptico de Fuji es ahí donde valoro más mi relación con este fabricante. En mi opinión es lo más importante dentro de la oferta que pueda ofrecer una marca, ya que las cámaras evolucionan, pero los objetivos se quedan y actualmente es muy completo, ofreciendo un abanico muy amplio para todo tipo de usuarios. Siempre he considerado importante invertir más dinero en ópticas que en cuerpos.
Mi objetivo preferido es el 23mm f/1.4 al tratarse de la distancia focal con la que me siento más cómodo, porque me permite trabajar cerca de la gente pero sin ser muy intrusivo. También tengo un 56mm f/1.2. Ambos me ofrecen una calidad óptica sobresaliente. De todos modos, para coberturas del periódico voy con el 50-140mm f/2.8, ya que es muy necesario y a veces con el 16-55mm f/2.8 por su versatilidad, pero si me preguntas cual es mi equipo de lentes preferido es: 16mm f/1.4, 23mm f/1.4 y 56mm f/1.2.
La famosa fiesta del humo en Arnedo (La Rioja) capturada en un gran instante con una X-Pro2 y un Fujinon 16mm. © David Airob.
P. ¿Hacia dónde crees que nos llevará los próximos caminos de la fotografía?
R. Difícil respuesta… pero observando un poco las prestaciones de los nuevos modelos de todas las marcas se abren muchas posibilidades. Por ejemplo, queda claro que la incorporación del vídeo en las cámaras parece cada vez más importante y todo deriva hacia el 4K, por lo que los modelos recientes, no sólo de Fuji, parecen apostar muy fuerte por ello, aunque no escondo cierto temor por todas estas mezcolanzas de imagen fija y móvil. Tras mi experiencia grabando documentales con cámaras DSLR, decidí no hacerlo nunca más y adquirí directamente una cámara de vídeo. Como dice el refrán “zapatero a tus zapatos” y la verdad es que a la hora de trabajar todo es mucho más cómodo. No niego con ello la existencia de cámaras de fotos que ofrezcan unos resultados muy buenos en vídeo, pero si nos fijamos en sus prestaciones podríamos decir que son aparentemente destinadas a la fotografía pero con unas altísimas prestaciones para vídeo, vamos, que lo de ser una cámara de fotos es como un camuflaje.
Sobre el mirrorless, todo parece indicar que seguirá su evolución ofreciendo modelos con mejoras en el AF y en la captura del sensor, pero es importante que los fabricantes no olviden sus orígenes y se mantengan dentro de los parámetros de cámara que les hizo triunfar en su momento: ofrecer lo máximo en un tamaño reducido. Un buen ejemplo de ello es la nueva gama de lentes menos luminosos que ha iniciado Fuji con el 35mm f/2. Objetivos muy rápidos de foco y con un tamaño más acorde a sus cámaras.
Hay sectores, como la fotografía de naturaleza o deportiva, que pueden encontrar en estos sistemas sin espejo la posibilidad de rebajar considerablemente el peso de sus equipos sin perder por ello prestaciones; pero es ahí donde los fabricantes deben seguir evolucionando para conquistar a más profesionales.
No hay que olvidar tampoco el tema del medio formato a precios más accesibles, y parece que en este terreno se va a librar una buena batalla, ya que fabricantes como Pentax y más recientemente Hasselblad, han lanzado sus modelos y todo parece indicar –según rumores–, que en Photokina, Fuji podría presentar su modelo junto a tres lentes, así que vienen meses calentitos en este formato.
Fotografía de marcado aire periodístico que podría ser muchas situaciones, pero seguimos en la famosa fiesta del humo en Arnedo. Tomada con una X-Pro2 y el Fujinon 23mm. © David Airob.
Conclusión personal David Airob:
Lo que hace unos años parecía imposible, ahora es una realidad. Este sería el resumen de lo acontecido durante los últimos tiempos en el mundo de las mirrorless. Cámaras con un potencial enorme con muy poco peso y tamaño, y eso, a los que andamos mucho, lo valoramos. Según los últimos datos en ventas de equipos fotográficos, la caída del sector réflex ha sido notable a favor de las cámaras sin espejo, y esto creo que irá en aumento gracias a una constante evolución dentro de este segmento.
Si a todo esto le unimos la posibilidad de adquirir una cámara de medio formato a un precio razonable, se abre una posibilidad muy interesante, un posible replanteamiento de nuestro equipo fotográfico. Personalmente me encantaría llevar siempre encima un medio formato liviano.
En nuestro quehacer diario como fotoperiodistas nos encontramos en situaciones que bien merecerían ser disparadas con un sensor mayor. Me refiero, por ejemplo, a retratos o aquellas situaciones que aparecen como por arte de magia y piensas… ¡Lástima de un sensor mayor! Y todo esto sería compatible considerando el poco peso de un equipo mirroless. No me importaría cargar con algo más de peso a cambio de un medio formato digital.
Tino Soriano, embajador Olympus
Hablar de Tino es hacerlo de un referente para muchos. Su obra difundida por un medio tan importante como National Geographic lo ha posicionado entre los grandes nombres de la fotografía mundial. Su ojo nos adentra en esas situaciones costumbristas de la gente de a pie de muchos rincones del planeta, donde se dan la mano en muchas ocasiones las notas de humor con el color. Hemos coincidido en varios certámenes, como las invitaciones a su conocido Fotonature o el Formentera Fotográfica, pasando buenos ratos y disfrutando de la compañía y fotografía. Pasen y lean.
Nacido en Barcelona y galardonado con numerosos reconocimientos nacionales e internacionales, premiado por la Unesco y recipiente del prestigioso Lente de Plata Mexicano. Posee cuatro distinciones Fotopress, Fotógrafo Español del Año Fujifilm 1995, NikonPro-2002, el galardón humanista “The Essence of Humanity” de Nueva Zelanda y el trofeo fotoperiodístico más prestigioso del mundo, el World Press Photo, concedido en 1999 en la categoría Arte.
En 2015 recibió el Gran Premio “Humanity Photo Award” de la Unesco y la CFPA (China Folklore Photographic Association) en una ceremonia celebrada en Shangri-La. También la Sociedad Geográfica Española le concedió el Premio Imagen-2015 por su trayectoria como fotógrafo y viajero.
Desde el año 2001 colabora con la National Geographic Society con sede en Washington, además de haber publicado en prestigiosos medios de todo el mundo, como el New York Times, El País Semanal, la revista Viajar, etc.
Su web y su blog: www.tinosoriano.com
P. En el primer artículo, Tino, mencionaba a compañeros de National Geographic que usaban este tipo de cámara sin espejo en su trabajo sin mayor problema; quitando prejuicios sobre el tamaño y equipos de siempre, para extrañeza de muchos. Eres fotógrafo de la conocida revista y embajador de Olympus. Dinos cómo has cambiado en tu flujo natural de trabajo, si es que así ha sido, con la llegada de estos equipos.
R. Ante todo conviene que tengas claro quiénes fueron tus influencias. Los fotógrafos que me inspiraron de National Geographic y de Magnum solían trabajar con una Leica y un par de ópticas. Este es el referente que adopté. Me inspiré en las palabras de Alex Webb: “Mi único secreto es trabajar el doble de horas que los demás” y, claro, con un equipo pesado, además de problemas de escoliosis, riñones, dolor de cuello, el agotamiento llega antes. Por otra parte un equipo “pesado” requiere maletines más grandes (que sueles llenar de cachivaches que raras veces utilizas y te entretienen en los controles de aduanas) te obliga a caminar desequilibrado y tu columna vertebral se queja. Un profesional como yo, que puede estar un mes y medio caminando durante un encargo doce horas cada día, adopto sin paliativos esta nueva línea de cámaras.
Magnífico instante de una niña jugando a fútbol por las calles de Brasil captado con una Olympus OM-D y el Zuiko 17mm. © Tino Soriano.
P. Te hemos visto trabajar estos años con cámaras réflex, pero últimamente el gran público te asocia a esa imagen de viajero con riñonera en ristre y la “camarita” colgando al cuello: “Un afable turista”. ¿Combinas ambos equipos en la actualidad, o en tu trabajo has pasado directamente a ir cómodo con las sin espejo?
R. Definitivamente lo anecdótico es que utilice una cámara “Full Frame”. Llevo treinta años en la profesión y sé apreciar la indiscutible calidad que te proporcionan, pero con esas pequeñas cámaras trabajo más fresco, más rápido, más discreto y tomo muchísimas más imágenes, a menudo sin ni siquiera llevarme la cámara al ojo. El afable turista no puede aparentar que viene de fotografiar un Campeonato de Fórmula 1… y si va de esa guisa raras veces consigue imágenes con espontaneidad, tomadas desde cerca, psicológicamente hablando.
Tino Soriano con su look de “viajero afable” pero perfectamente equipado para su trabajo profesional. © Ricky Q.
P. ¿Crees que estos equipos, indistintamente de la marca, son un presente efímero o una apuesta de futuro?
R. Sin duda han llegado para quedarse, hacerse un hueco y veremos si en un futuro cercano serán ellas las que marcarán la pauta. En la vida siempre ha sido así. Tras los dinosaurios sobrevivieron los pececillos, los pequeños reptiles y algunas aves; y al hombre, como siga con esta carrera desenfrenada, solo le sobrevivirán los insectos. A lo grande se le opone lo chico. ¿Para qué cargar con cinco kilos si puedes hacer lo mismo con uno? Ya sabemos que la tecnología acabará igualando las diferencias técnicas que tenemos ahora. De hecho, recuerda que cuando salió la Leica fue casi unánimemente rechazada porque el negativo de paso universal no proporcionaba la calidad de las placas fotográficas que alimentaban las cámaras estándar de entonces. En la medida que las emulsiones se perfeccionaron casi parece una broma que se despreciara por su tamaño a una Leica o una Contax, sobre todo si nos remontamos a la etapa de la película.
Divertido instante captado en el momento justo. Olympus E-M1 y Zuiko 17mm. © Tino Soriano
P. Dinos los Pros y Contras de usar uno u otro equipo según tu visión personal y profesional.
R. Moda, industrial, publicidad son campos que, aunque se pueden abordar con paso universal, hay autores que apuestan por que sus imágenes posean tantos megapíxeles como sea posible; pero en reportaje éste no suele ser el caso. Lo que puntúa es estar ahí, ser rápido, discreto, próximo y captar ese algo intangible que revela las claves de la situación. Nadie contempla una foto de Cartier-Bresson y empieza a divagar sobre si la imagen habría estado mejor tomada con una cámara de placas. Vamos, eso creo… (ya se sabe que hay gente para todo). Y, por descontado, si reencuadras tus fotos, el máximo formato te permite dejarlas a mejores tamaños, pero los fotógrafos expertos solemos afinar bastante a la hora de componer. Raras veces he recortado una imagen más allá de equilibrar el horizonte o limpiar algún artefacto que se me coló en los extremos.
Inquietante instante lleno de colores captado con una Olympus OM-D. © Tino Soriano
P. ¿Con qué modelo de la firma trabajas más cómodo y por qué? ¿Cómo ves el parque óptico de la marca? Esa es una cuestión que trae de cabeza a muchos usuarios en estos sistemas a decantarse.
R. Los fabricantes te ofrecen diferentes opciones, adaptables a tu presupuesto y a tus necesidades. Yo soy un fotógrafo profesional y apuesto por los dos buques insignias de Olympus, la que se asemeja a una réflex clásica, el modelo OM-D y E-M1, y la Olympus PEN, una cámara concebida para lo que hoy se conoce como Street Photography (y toda la vida se había denominado “fotos en exteriores”) basada en su mítica antecesora del siglo pasado. Aparte de lo que ya he expuesto tengo tres razones muy poderosas para usarlas con el tipo de fotografía que yo hago, viaje y fotoperiodismo. En primer lugar el sistema de estabilización de la cámara, que me permite tomar fotos a pulso a velocidades que rondan el segundo, sin que la foto salga movida y a ISO bajos.
Luego el sistema de limpieza del sensor, que me permite trabajar e intercambiar ópticas fijas, mucho más ligeras, discretas y menos voluminosas que los zooms sin que el sensor se ensucie (en tres años de uso jamás he tenido que limpiarlo a mano).
Por último, ya se sabe, el sistema de Micro Cuatro Tercios utiliza focales que proporcionan más profundidad de campo, de manera que obtengo una excelente nitidez en mis registros. El rango dinámico del sensor, según estudios que he leído, no tiene mucho que envidiar a otras cámaras que usan un tamaño más grande. Y por citar una pega el retardo de 3 milésimas que tiene ahora Olympus, con frecuencia no es determinante para la mayoría de fotografías que tomo, aunque un fotógrafo con tres décadas de experiencia como es mi caso, lo notas si fotografías un tema de máxima acción como, por ejemplo, deportes. Para optimizar el equipo yo suelo usar un 12 mm f/2 y un 45 mm f/1,8 (dos ópticas que llevo en los bolsillos) y un 17 mm f/2 como óptica de trabajo. El equivalente a un 24, 34 y 90 mm en Full Frame.
Tino con su inseparable Olympus OM-D y alguna amiga más… © Ariel Jerozolimski
P. Cuesta verla mojarse en temas como este, pero una revista como National Geographic llegó a publicar hace unos meses, en su blog oficial, el listado de las cámaras que consideraban idóneas para el viaje fotográfico, siendo las sin espejo claras ganadoras de varias firmas. ¿Es un síntoma de que algo está cambiando? ¿Está mutando el turista en general, y el fotógrafo documentalista o de viajes en particular?
R. Sin duda. El futuro está en las cámaras inteligentes (yo trabajo en “Program” con ellas y subexpongo o sobreexpongo con una de las ruedas de la cámara) que te permiten dedicarle muchas horas a la fotografía sin que el esqueleto lo padezca.
P. ¿Hacia dónde crees que nos llevará los próximos caminos de la fotografía?
R. La fotografía que yo hago, en sí, no ha cambiado demasiado. Ahora es posible tomar registros en lugares sin apenas luz, lo que permite contar historias en lugares que antes necesitabas un gran refuerzo de luces, o forzar la película al límite. Pero en mi campo, los reporteros seguiremos nutriéndonos de contar la vida a través de las vivencias de los demás. Y esto no tiene fin.
Retrato a una niña en el conocido “Día de los Muertos” de Oaxaca, en México. Captada con una Olympus E-M1 y el Zuiko 45mm. © Tino Soriano.
Conclusión personal Tino Soriano:
Yo veo que mis colegas que han optado por otros modelos de cámaras sin espejo están tan satisfechos de su elección como yo. Al final una cámara, es como una novia. Te has de sentir a gusto con ella, crear una cierta complicidad y con frecuencia alimentar una relación intangible. Ópticas ligeras, pequeñas y muy luminosas, o la estabilización brutal de Olympus, aparte de una pantalla movible con la que tomo fotos discretamente y desde todos los ángulos, solo tocándola con el dedo, cumple con creces mis expectativas. Dispongo de cuarenta ópticas para cubrir cualquier necesidad que tenga. Para mí es mucho más de lo que me hace falta.
Javier Águeda, fotógrafo y representante de Sony
Conocí a Javier hace varios años en un congreso de fotografía, donde coincidíamos en la necesidad de educar a los jóvenes actuales en la cultura de la imagen, entre otras muchas cosas. A pesar de los años como profesional del sector siempre le noto entusiasmado y con ganas de nuevas cosas. Vamos con su experiencia.
Fotógrafo con más de 25 años de experiencia, actualmente tiene su estudio en Madrid. Ha publicado en prensa: El País, El Mundo, Tiempo, Interviú, Diez Minutos, Diario 16 y otros periódicos y revistas. Realiza trabajos de industrial para empresas como: Aldesa, Loewe, Uralita, BSN España, Sainco Tráfico, Disop, Nueva Cerámica, Sanisel, Timken y otras empresas. Colabora con distintas agencias de comunicación en la realización de reportajes y entrevistas para distintas publicaciones. También realiza trabajo social y retrato.
Desde 2008 colabora con Sony en el área de fotografía profesional realizando informes de sus cámaras, dando formación a profesionales y prosumer y colaborando en el área de marketing.
Ha sido pionero en la utilización de cámaras digitales profesionales. Entre los años 2000 – 2007 he colaborado con Canon España en la presentación y formación de sus cámaras réflex profesionales.
También ha colaborado con marcas como Apple siendo Certified Trainer en Aperture 3, con Profoto y otras empresas como Cromalite.
Ha sido el responsable del curso de fotoperiodismo en el CEV de Madrid entre los años 1991 -1994. También ha colaborado con la Universidad Nacional de El Salvador en la formación del profesorado del departamento de Ciencias de la Información.
Ha dado formación a la mayoría de las asociaciones de fotógrafos de España y Portugal: AFPV (Valencia), AFROPOCAM (Castilla la Mancha), AFPVA (Asturias), AFOPCA (Cádiz), APROFIMA (Málaga), etc. Asimismo, ha dado formación en periódicos y agencias: El País, ABC, La Voz de Galicia, El correo, EFE, etc..
En los últimos 15 años ha impartido más de 100 talleres e infinidad de presentaciones y conferencias.
P. Javier, tu trayectoria profesional se remonta muchos años atrás pasando por varias firmas fotográficas y uso de distintos equipos. Actualmente eres fotógrafo y embajador de Sony, usando dichos equipos en todo tu flujo de trabajo. ¿En qué ha cambiado tu visión, estilo y forma de trabajar? ¿Sientes añoranza por algo?
R. Ha cambiado mucho y a mejor. Ya voy para 30 años de profesión, años muy intensos y muy interesantes gracias al cambio del analógico al digital. Tras años de trabajar con Nikon y luego con Canon, el cambio a Sony supuso un cambio cualitativo en mi trabajo.
Sony, desde la compra de Minolta y su entrada en el mundo profesional ha tenido claro que es necesario un sensor grande y que hay que revolucionar el concepto de cámara fotográfica. Sensor Full Frame y sin espejo, visor electrónico y pantalla abatible, son parte del ADN de Sony. Ese ADN no te hace mejor fotógrafo, pero sí te ayuda a ser más creativo y muy importante para mí, más eficiente, más productivo, más preciso.
No suelo sentir añoranza por cosas materiales, de modo que no siento añoranza por las cámaras con las que trabajé, que fueron muchas y muy buenas. Sí siento curiosidad por saber hasta dónde llegará Sony con los futuros sensores o cómo afectará eso a las imágenes que veremos en los próximos años.
P. Sony es una firma que se asocia irremediablemente a las cámaras sin espejo, incluso por delante de sus propios sistemas de espejo y con el invento del traslúcido de por medio. ¿Qué le ha faltado a Sony todos estos años para que los usuarios la tomasen como primera opción sin dudarlo?
R. Precisar que Sony no inventó el espejo traslúcido, Canon y Nikon ya tuvieron cámaras con esta tecnología hace ya 30 años.
Si le ha faltado algo a Sony ha sido creérselo. También su llegada al mundo profesional coincidió con el comienzo de una crisis que ha sacudido esta profesión como a tantas otras. A900 o A99 son grandes cámaras, sin ninguna duda. A99 especialmente es una cámara que ha sido y sigue siendo para mí referencia de lo que debe ser una cámara profesional. Su visor óptico, pionero en una Full Frame o su pantalla abatible (no superada todavía en cuanto a movimientos), son imprescindibles en mi trabajo.
Quizás también le ha faltado historia. Canon y Nikon han sido y son dos marcas que han acompañado a miles de fotógrafos desde sus comienzos. Con eso no hemos podido luchar. Ahora surge una nueva generación de fotógrafos y videógrafos que no tienen prejuicios respecto a Sony y que buscan prestaciones, cámaras pequeñas y calidad, todo a un precio competitivo y Sony se lo da con creces.
Bello atardecer capturado con una de las nuevas Sony. © Javier Águeda.
P. Sony es uno de los mayores fabricantes de sensores, de eso no cabe duda, realizando los captores hasta de la competencia. ¿Crees que existe dependencia de la firma por parte de esos terceros? Cuando oyes a usuarios pelearse por una marca u otra sabiendo que lleva un sensor Sony, ¿qué piensas al respecto o qué les dirías?
R. Seguro que hay dependencia. Sony ha conseguido ser el mayor fabricante del mundo de sensores, pero también el fabricante de los mejores sensores del mundo. Es lógico que todas las marcas quieran que Sony le fabrique los sensores.
Hace ya mucho tiempo, quizás por esa falta de nostalgia respecto de las cosas materiales, que no entiendo muy bien eso de ser canonista, nikonista o lo que sea. Para mí las cámaras son herramientas, un medio para poder realizar mi trabajo. Las cuido, las estudio para sacarles el máximo partido, pero no las adoro.
Las cámaras, como los coches o mil cosas más, están fabricadas por muy pocas empresas en el mundo y algunos de sus componentes más importantes, el sensor en concreto por Sony y pocos más.
Hay que ser crítico con la marcas, pedirles que funcionen según las especificaciones y saber qué necesito en función del trabajo que voy a realizar. Si mañana necesito un respaldo lo alquilaré, ningún problema, si lo que necesito es un sensor APS-C, pues utilizaré mi A6300 o simplemente en mi Full Frame elegiré APS-C.
P. ¿Crees que estos equipos, indistintamente de la marca, son un presente efímero o una apuesta de futuro?
R. En el año 2002 ya decidí no convencer a nadie de que el digital venía para quedarse, hoy ya no gasto energías en convencer de que las cámaras sin espejo han venido, no se van a ir y que la tecnología de cámara con espejo está en sus últimos años. La nueva Hasselblad X1D sin duda confirma mis palabras.
El mundo es electrónica y las cámaras con espejo son de la era de la mecánica donde ya es muy difícil avanzar. Conseguir un frame más por segundo en una cámara con espejo es carísimo en desarrollo, con las cámaras sin espejo el límite lo pondrá… quién sabe. Es sólo un pequeño ejemplo.
Un conocido mercado gastronómico de Madrid capturado por una Sony A7S. Se puede comprobar la friolera de 40.000 ISO, sin duda de lo que más presumen estas cámaras. © Javier Águeda
P. Sony llevaba tiempo apostando por el “sin espejo” en su afamada serie NEX, siendo el APS-C con factor de recorte 1,5x su campo. De repente da un salto bestial y nos plantan las de fotograma completo en el mundo mirrorless cuando la competencia usan Micro Cuatro Tercios y APS-C: ¿acierto o temeridad?
R. Acierto sin duda. Para correr primero hay que andar y eso fue lo que hizo Sony, empezar a andar, con mucho éxito como bien dices. Sony mantiene el sensor APS-C en su A6000 y A6300 cámaras referencia en ese tamaño de sensor además de otras ya para aficionados.
Todo el mundo sabe, si ha estudiado, que un sensor grande no sólo aporta más calidad, aporta un mayor control de la profundidad de campo, factor de gran importancia creativa. Pero no sólo es una cuestión de calidad o estética, que lo es, también afecta a la construcción de los objetivos y su nivel de calidad. Esto me llevaría un par de folios demostrarlo, pero es demostrable.
También afecta a cómo se relaciona el fotógrafo con lo que fotografía, cosa muy importante, pero que también me llevaría mucho tiempo desarrollar. Sony ha conseguido meter un sensor de 24×36 donde otros han puesto un sensor con 2x de multiplicación, lo que llamamos Micro Cuatro Tercios.
Toma de calle nocturna utilizando 6.400 ISO en una A7S y un 55mm. © Javier Águeda.
P. Con qué modelo de la firma trabajas más cómodo y por qué? ¿Cómo ves el parque óptico de la marca? Esa es una cuestión que trae de cabeza a muchos usuarios en estos sistemas a decantarse, que suele achacarse, por parte de cierto sector de usuarios, es que ese salto de Sony hace que tanto cuerpo como lentes sean más grandes y pesados. Además de un coste más elevado. Qué opinión te merece esa observación y qué le dirías a ese público escéptico.
R. La Sony Alpha A7RII es para mí, en este momento la mejor cámara que Sony ha fabricado hasta la fecha. Tiene el AF más rápido, la mayor resolución y las mejores prestaciones, todo en un tamaño y peso increíbles. Sus 42 megapíxeles permiten que, si lo necesitamos, podamos trabajar en APS-C con una resolución de 15 Mp si no recuerdo mal. Tanto para foto como para vídeo en 4K la calidad y prestaciones son altísimas.
El número de objetivos propios de Sony ha crecido mucho, pero más importante todavía es que ya hay muchos de otras marcas, cosa que da valor por la confianza que demuestran en Sony y en la montura E. Respecto al aumento del peso y del volumen para los que vienen de sensores APS-C o Micro Cuatro Tercios decirles que no es mucho mayor que lo que ya tienen y que el aumento en calidad y creatividad lo vale.
Seguimos con la discusión sobre si APS-C o Full Frame y no nos damos cuenta de que yo con una A7 en cualquier momento puedo pasar a trabajar con objetivos APS-C si necesito más ligereza. Una A7 es más polivalente, por lo tanto más rentable, que una cámara con sensor APS-C que limita su uso en resolución e ISO.
Fotografía social de boda capturada con uno de los últimos modelos de Sony. © Javier Águeda.
P. Dinos los Pros y Contras de usar uno u otro equipo según tu visión personal y profesional. (Réflex vs sin espejo)
R. Me niego a trabajar con una cámara con visor óptico, para mí el visor electrónico es un plus, no es tanto que tenga espejo o no, es lo que significa tener espejo. No entiendo que todavía haya profesionales que defiendan el visor óptico o el espejo. Yo puedo, exponer, enfocar y encuadrar mucho mejor que un usuario de cámara con visor óptico, que es lo mismo que decir con espejo.
En uno de mis trabajos tengo que fotografiar unas 25 familias en 50 minutos. Realizo fotos al niño sólo, luego con los padres, se suman los hermanos, luego sólo los hermanos y a veces hay abuelos. Sí, lo consigo. Todas mis fotos están bien enfocadas, bien encuadras, bien expuestas y todos salen con los ojos abiertos y perfectos. Gracias Sony por haber puesto un visor electrónico a una cámara Full Frame. ¿Entendéis cuando digo que son también más eficientes y productivas?. Yo no me quito la cámara de la cara para ver si la foto está bien, si salieron con los ojos abiertos o con un mal gesto. Cuando bajo la cámara no miro la pantalla LCD, sé que tengo lo que quiero.
P. ¿Hacia dónde crees que nos llevará los próximos caminos de la fotografía?
R. Cámaras cada vez más rápidas en el AF y en el número de fotos por segundo. Con ISO increíbles que nos permitirán ser más creativos. Con número de fotos infinitas, nunca se pararán, salvo cuando se llene la tarjeta. No sé, hace años pensaba que sabía por dónde iría esto y ni en mis mejores sueños. Prefiero dejarme sorprender, todavía sigo conservando esa capacidad.
Instante deportivo capturado con una Full Frame de Sony y un 70-400mm. © Javier Águeda.
Conclusión personal Javier Águeda
Siento que soy un fotógrafo privilegiado. Sólo por serlo ya debemos sentirnos así. Tenemos una de las mejores profesiones que puede haber.
En mi caso por segunda vez, primero fue con Canon, tengo la oportunidad de vivir en primera persona, como una firma revoluciona la herramienta que necesito para realizar mi trabajo. Sony, junto con Fuji y otras y no precisamente Canon o Nikon, está poniendo los cimientos del cómo han de ser las cámaras tanto profesionales como de aficionados. Un paso adelante para buscar ser más creativos, conseguir imágenes soñadas o ni siquiera eso. Espero que seamos los fotógrafos capaces de saber sacar partido a lo que nos proponen los fabricantes.
Al comienzo siglo XXI, ya con cámaras digitales asequibles, costó que el fotógrafo profesional entendiera el cambio, no venían para seguir haciendo las mismas fotos; ahora pasa exactamente igual, la tecnología de cámaras sin espejo no ha venido para seguir haciendo las mismas fotos.
Conclusión José Luis Valdivia
Gracias, nuevamente, por darnos los tres tan importantes reflexiones y ofrecer nuevas visiones a toda esa legión de usuarios ávida por conocer. Una cámara no nos hace mejores fotógrafos, algo repetido hasta la saciedad por unos y otros que fomentan la cultura visual, la búsqueda de una voz personal y la honestidad en un oficio tristemente vilipendiado. Estos equipos de última generación tratan de coger un testigo de antaño donde importaba más la discreción y calidad de la fotografía y no la mera pose. Se abre un horizonte de certezas e incertidumbres, no cabe duda, pero estos tres profesionales, estos tres amantes de la fotografía con dilatadas carreras, han visto algo como para tener en cuenta el nuevo camino abierto. No hemos tratado de plasmar una verdad absoluta sino la visión sincera de quienes trabajan día a día en el oficio y se enfrentan a todas sus vicisitudes. Esperamos, desde este humilde espacio, haber aportado un granito a todos nuestros lectores y usuarios.
© José Luis Valdivia
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