Aprende a usar el flash: iluminación y modificadores de luz (III)

Siempre es la misma pregunta: “Quiero hacer esto, pero ¿tú que pondrías? ¿Qué esquema de luz usarías? ¿Paraguas o Softbox? Si es softbox, ¿con o sin grid/rejilla?”. Antes de responder estas preguntas hemos de comprender cómo funciona la luz y cómo la dirigimos, es algo en lo que suelo insistir en mis talleres. Una vez comprendamos el funcionamiento de la luz, sabremos qué modificadores de luz tenemos que usar para controlarla.

Básicamente, cuando en el anterior post hablamos de la ley inversa del cuadrado de la distancia, nos quedamos con la idea de que a mayor distancia, menor intensidad pero cubríamos una mayor área, ya que vimos que la luz de un flash sale del mismo en forma de cono. Vamos a ver cómo funciona todo esto.

1. La luz

Tipología de la luz

El comportamiento de la luz podríamos catalogarlo de una manera simple en dos grupos: según dureza y según su colocación. Es cierto que es una división muy simple y, analizando en profundidad, habría que realizarla de una de manera mucho más compleja. Pero es un buen primer paso para aquellos que quieran comenzar a aprender cómo se comporta.

Hagamos una clasificación muy simple y sencilla, poco rigurosa si me apuráis:

Luz dura

Provee sombras duras y alto contraste entre las zonas de luz y sombra. Para ello usamos modificadores como los paraguas o los softboxes.

Luz suave

Este tipo de luz provee sombras suaves y un menor contraste entre las zonas que reciben la luz y las que no lo hacen. La diferencia visual entre ambas zonas es menor y las sombras son menos negras.

Medición de la luz: el fotómetro de mano, un imprescindible

Un fotómetro es un aparato para medir la luz de la escena y sirve para indicarnos el valor de la velocidad de obturación y el diafragma correctos para una exposición adecuada. En realidad, las cámaras tienen un fotómetro incorporado que mide la luz reflejada o que refleja la escena. De ahí que tengamos varios tipos de medición en todas las cámaras: medición matricial, ponderada al centro y puntual. Si queremos utilizar algún flash y hacer algo más creativo, un fotómetro de mano es la mejor solución.

Sin embargo, en temas de iluminación lo interesante es medir la luz incidente. ¿Por qué? Porque es el tipo de luz que necesitamos controlar procedente de nuestros flashes.

Podemos dividir los fotómetros de mano en función del método que utiliza para medir la luz:

De luz reflejada

Mide la luz que se refleja en las superficies. Para hacer un retrato con este método, apuntamos con el fotómetro hacia la cara del sujeto y medimos la luz reflejada en ésta. Es la luz de la escena o luz ambiente, si quieres.

De luz incidente

Mide la luz que incide sobre el fotómetro. Suponiendo una luz principal (un flash), pondríamos el fotómetro en la cara del sujeto y en dirección a esa luz, soltamos un destello y recogemos los valores. Yo, por ejemplo, aprendí a ponerlo en la barbilla cuando la luz está de frente y en las mejillas cuando se recibe lateralmente. Manías de cada uno.

Aunque he estado mucho tiempo sin usar un fotómetro de mano y guiándome por mi ojo, ahora que lo tengo lo considero un imprescindible para mis retratos: me ha ayudado a evitar muchos errores de iluminación.

Dirección de la luz

Leer la luz es todo un arte. En estos tiempos donde el retoque lo domina casi todo resulta muy complicado leer la luz y adivinar el esquema de iluminación con sus correspondientes elementos. Mira esta fotografía de Nadav Kander para la portada de diciembre 2012 de TIME Magazine.

Fotografía de Nadav Kander para Time Magazine

Te propongo un ejercicio que siempre recomiendo: elige 20 retratos de fotógrafos de moda, retratistas o fotógrafos comerciales y mira los ojos y la dirección de las sombras. Eso te dará la dirección, el tipo y las dimensiones aproximadas de la luz principal. Luego observa el resto de la cara y busca otras fuentes de iluminación. Fíjate también en el fondo y plantéate si ha sido iluminado. Cuando lo hagas, hablaremos de los esquemas de iluminación y cómo colocar bien la luz, ¿trato hecho?

2. Tipos de modificadores de luz y su uso

En el anterior post ya te hablé un poco de los modificadores de luz más habituales, pero hoy vamos a verlos en profundidad y establecer para qué y cuándo utilizarlos.

Mucha gente compra material sin saber realmente qué es lo que puede llegar a conseguir o sin ni siquiera saber para qué utilizarlo, al menos las primeras veces. Me ha pasado, lo confieso. Pero hay que probar, practicar y practicar. Practicar una y otra vez. Examinar las fotografías y leerlas desde el punto de vista de la luz. Mira este ejemplo de uno de los esquemas más usados, el esquema de 3 luces:

Están muy bien esos vídeos donde te van variando la luz para que veas cómo afecta la disposición, la potencia y demás, pero al final las personas se mueven en todas las direcciones. Aunque les digas que se estén quietas, se mueven. Está en tu mano corregir su posición, mover la posición de la luz o volver a medir con el fotómetro.

Modificadores de luz: Paraguas

Dentro de los modificadores de luz encontramos los paraguas que, básicamente, podemos dividir los paraguas en estos tipos:

Blancos

Construidos sobre tela blanca traslúcida, ideada para filtrar la luz del flash.

Plateados

Presentan una capa de tela que por la parte exterior negra y por el interior planteada. Ideales para retratos dramáticos y con contraste.

Dorados

Iguales a los plateados salvo que el interior es dorado. Ese color dorado está pensado para dar un toque de calidez a la imagen.

Según la apertura del paraguas, puedes usarlos de varias formas diferentes:

Abierto totalmente

Es la posición natural del paraguas. Conseguimos aumentar el tamaño de la fuente de luz (el flash) para obtener un área de iluminación también mayor.

Semiabierto

Aunque en este caso el área de iluminación es menor que en el caso anterior, podemos plegar, un poco el paraguas para obtener una luz más concentrada y algo más dramática.

Según si disparamos a través del paraguas o rebotamos la luz, conseguimos diferentes efectos:

Disparo a través del paraguas

Aplicable a los paraguas blancos. Al interponer el paraguas en la trayectoria del cono de luz del flash conseguimos una luz suave y dispersa.

Rebote sobre paraguas plateado/dorado

Aplicable solo a los paraguas este tipo. Consiste en disparar el flash por la parte interior plateada/dorada para conseguir sombras más duras. Se produce más contraste y conseguimos, por lo general, un mayor dramatismo en la imagen.

Rebote sobre paraguas blanco

Aplicable a los llamados paraguas 2 en 1, caracterizados por tener una tela negra que recubre la parte exterior. También se puede quitar la parte negra y disparar a través del paraguas. Es mi método favorito, lo reconozco. La luz es algo menos suave que en el primer caso pero obtengo más control.

Ten en cuenta que la distancia del flash al paraguas influirá en el resultado final. Cuanto más lo alejes, mayor dispersión pero menor control y viceversa.

Además del paraguas y el flash, también necesitarás una zapata tipo hotshoe y el correspondiente pie para colocarlo todo. Recuerda poner algún contrapeso, ya que las irregularidades del terreno o una inesperada racha de viento pueden dar con todo el equipo de iluminación en el suelo. Si la posición no es estable, pide a alguien que te ayude.

Los paraguas son cómodos, versátiles, flexibles y portátiles pero tienen un problema: no son fáciles de controlar. Mejor dicho: no es fácil de controlar el flujo de luz que se origina al disparar un flash u otra fuente de luz con ellos. En los fondos la luz puede quedar bastante irregular y muchas veces se ve un efecto particular. Imaginad un bombero apagando un fuego con una manguera. Pues es algo parecido, el foco principal de luz queda bien dirigido pero “salpica” un poco el fondo. Eso nos da la pista sobre la parte no controlada.

Por si no lo sabías, un reconocido enamorado de los paraguas es Joe McNally, fotógrafo estadounidense y autor de numerosos libros sobre iluminación. Es un defensor del uso del paraguas por su versatilidad y comodidad, así como por su facilidad de transporte. Pero de todas formas, es cuestión de gustos, no le des más vueltas.

Modificadores de luz: Softbox o ventana

Entre los modificadores de luz, un softbox o ventana nos permite obtener una luz muy suave, con un tamaño mayor para la fuente de luz. Sus formas pueden ser muy variadas: las hay cuadradas, rectangulares, octogonales.

La ventaja de los softboxes es que obtenemos una luz mucho más controlada, ya que al “estar encerrada” dentro de esa “caja de luz” se proyecta en una dirección mucho más concreta que con los paraguas. La contaminación de la escena es mucho menor y, si aplicamos un grid o rejilla cuadrada, logramos dos cosas: mayor control de la dirección de la luz y, como consecuencia, mayor contraste.

Un grid es un panel que tiene celdas en toda su área (como un panal de abeja). El propósito de un grid es generar un haz de luz más direccional. En otras palabras, controlar en qué dirección sale la luz de nuestro flash y por lo tanto, darnos más control de dónde llega.

Las celdas que componen un grid pueden cambiar en su tamaño, y eso definirá si concentran más o menos el haz de luz. Esto nos permite iluminar zonas concretas de la imagen sin afectar el resto de la escena, consiguiendo al mismo tiempo que los bordes de nuestra luz tengan transiciones suaves.

Los grids se pueden montar sobre nuestro modificador de luz, un reflector (los más habituales) y un beauty dish, aunque también los hay para softbox y snoots.

Modificadores de luz: Snoots

Un snoot es el equivalente a una especie embudo en iluminación. Todos sabemos lo que es un embudo, ¿verdad? Lo que nos facilita el snoot es concentrar mucho la luz en una zona muy concreta. Ten cuidado, porque usando un snoot empequeñecemos nuestra fuente de luz y, por tanto, la luz será mucho más dura.

Una manera de suavizar el resultado es usar un grid para el snoot. Uno de los usos más típicos de los snoots es la iluminación del pelo en un retrato.

Conclusiones

Las diferencias reales entre el paraguas blanco y softboxes (los más usados y/o comunes) no dejan de ser más una mera forma de observar la luz, es decir, son nuestros ojos y cerebro los que dictan cómo deseamos el resultado. Sin embargo, la ventaja de una ventana o softbox frente a un paraguas es clara: mayor control, mayor versatilidad y menor pérdida de luz. Con los snoots y los paraguas plateados obtenemos un mayor contraste y hay diferencias más apreciables, nos sirven para un resultado más dramático y este tipo de efectos no le viene bien a todo el mundo.

Obviamente, cada tipo de luz nos produce una sensación diferente, pero para aprender las diferencias técnicas la primera cuestión es observar. Hay miles de recursos en Youtube y los hay muy buenos. Por mucho despliegue que veas de medios en algunos vídeos, quédate con lo importante: cómo colocan la luz, qué tipo de paraguas usan, si aplican luz dura o no, etc. En una palabra: observa.

Mi recomendación personal

Busca un paraguas de al menos 110cm o un softbox de 60x90cm como mínimo,  ya que tamaño más pequeños apenas te darán para iluminar a una persona. Estos tamaños son los adecuados para un solo flash. Si quieres tamaños más grandes, necesitarás un flash de estudio o bien puedes acoplar dos o más flashes de zapata juntos, poniéndolos en modo esclavo. Busca que sean de una marca conocida por su calidad, como puede ser Quadralite. Tras probar muchos paraguas y softboxes te puedo asegurar que la calidad de los materiales de una buena marca se nota en los resultados.

Foto destacada: ©Alfonso Domínguez Lavín.