Como ya nos dijeron en su anterior crónica, a la India “se la odia y se la quiere” al mismo tiempo. Será por eso que el intenso viaje de Dreamhunters está teniendo momentos tan diferentes como el descanso y la tranquilidad en Goa o el estrés y agotamiento de Bombay. En cualquier caso, son momentos que enriquecen la experiencia de perseguir un sueño tan ambicioso. ¡No te lo pierdas!
“28 de septiembre de 2014.
Si el mundo se divide en dos, la India y el resto del mundo, la India también se divide en la misma porción, dando como resultado Goa y el resto del país.
Goa, lo que fue una colonia portuguesa hasta 1961, es el estado más pequeño de la India famoso por la visita de miles de hippies procedentes de todo el mundo. Dentro de la India, Goa es otro mundo. Por su religión, donde la mayoría de la gente es cristiana, por su cultura y, sobre todo, por su tranquilidad. Es una burbuja donde respirar aire fresco. Quizás por este motivo escogimos Colva Beach, un pueblecito del sur, para pasar el tiempo mientras esperamos a que llegue la moto que embarcamos en Estambul. Según nos dijeron, tardaría unos 25 días. Pero no es así. Esperamos y esperamos, y nos van comunicando retrasos del barco. En definitiva, tardará casi el doble en llegar, lo que nos desespera un poco.
Aprovechamos para descansar y cargar pilas de la manera más económica pensando en el duro viaje que nos espera por el interior de la India. También aprovechamos para conocer la zona alquilando una moto varios días. Y así va pasando el tiempo hasta que nos avisan de que ya faltan solo tres días para que llegue el barco. Cansados de tanto esperar, cogemos el tren para viajar las 13 horas que separan Goa de Bombay. Hacerlo es toda una aventura.
Durante todo el viaje nos asaltan unos chicos con una felicidad fuera de lo normal. Uno a uno se sientan a nuestro lado para hacerse fotos con nosotros. Nos comentan que al ser unos extranjeros que hemos elegido viajar por su país, nos convierte automáticamente en Dioses. Esperamos que no nos acaben crucificando.
Así hasta que llegamos a Bombay, que no debería llamarse así. Sería más normal que se llamara “Caos”. Estar en el centro y salir a la calle es muy estresante. Hay ruido, contaminación, suciedad, más multitud de gente que en una discoteca con un escenario en el que canta Beyoncé y Lady Gaga juntas, con vacas muertas de hambre por todas partes y mucho, mucho calor. Quizás por este motivo no vemos muchos turistas. Es a-go-ta-dor. Salir a la calle te deja sin fuerzas. Aunque estés hasta arriba de energía antes de salir del hotel, pisar la calle hará que tu depósito se vacía de golpe y tu reserva se ponga en rojo.
Estamos cansados. Después de más de un mes de espera, tenemos ganas de que llegue Richard, nuestra moto. La burocracia para sacarla del puerto será larga. Ya nos han avisado. Pero ya tenemos ganas de verla y apuntar hacia el siguiente destino: Nepal.”
Texto e imágenes: © Dreamhunters