Gloxy GX-T6662A Plus el trípode definitivo

Muchos de los que me estáis leyendo ahora mismo, y como entusiastas de la fotografía, seguro que atesoráis un arsenal de equipo inmenso. Os voy a hablar del último trípode que me he comprado y como va a conseguir mandar al armario a los otros: El trípode Gloxy GX-T6662A Plus.

Estoy casi seguro que mucho de vuestro material se pasa semanas en el armario sin acompañaros a ninguna salida fotográfica. Pero también estoy seguro que uno de los elementos que nunca os separáis de él es vuestro trípode. Lo digo en singular por decir algo, porque seguro que muchos de vosotros, como es mi caso, tenemos varios. 

Trípode Gloxy GX-T6662A Plus

Ya os hemos contado por activa y por pasiva lo importante que es tener un buen trípode como compañero de fatigas en todas nuestras salidas fotográficas. Igual que no se nos olvida meter la tarjeta en la cámara (bueno a más de uno se le ha olvidado en el tarjetero del ordenador; pero cada vez me pasa menos…jejejeje). O igual que llevamos las baterías de la cámara cargadas (uummhhh, ¿seguro?). Si vamos hacer fotos en serio debemos de llevar nuestro trípode si o si.

Lo que pasa es que muchas veces nuestro trípode parece el ancla de un transatlántico. Pesa un quintal y es más incomodo de transportar que un colchón de matrimonio en un mini cooper (de verdad). Por lo que al final lo miramos de arriba abajo y le decimos, quédate en casa y me vigilas el 150-600mm que es otro de los elementos que más se quedan en el armario, aunque pese menos que el trípode.

La verdad es que el proceso de compra de un trípode da para escribir un libro y se divide en varias etapas. De hecho, yo he pasado casi por cuatro o cinco etapas que os paso a analizar y que os puede ayudar en vuestro caminar, y nunca mejor dicho.

Estado pre-iniciado

Compré una cámara compacta y un libro de fotografía (todavía Internet no se había inventado, y no soy tan viejuno). El libro me cuenta la importancia de tener un trípode para hacer fotos de paisajes con poca luz o para hacer algunas nocturnas. Jamás te habías planteado que sin luz no se puede hacer fotografías. Para eso está el flash, ¿verdad?

Vas al bazar (sí, en esa época habías bazares, que vendían productos de fotografía, sobre todo en ciertas ciudades) y te compras un trípode. El más barato que existe porque en esa época todo era caro en fotografía y lo más barato eran mínimo diez mil pesetas, (pesetas… de qué me estas hablando, cuando los que Niepce y Daguerre se peleaban por la invención de la fotografías… por lo menos)

Cuando llegas a casa, el trípode aguanta la cámara, siempre y cuando aprietes con todas tus fuerzas el tornillo de plástico (si ya habían inventado el plástico) hasta el punto que se te dislocara el hombro. Y tu Kodak 7590 de 5mp se quedaba allí de pie, mirando el horizonte. Hasta que, pasado unos minutillos, como si estuviera “escandilado”, baja la barbilla hasta que se inclinaba en una maldita reverencia que te obligaba otra vez a comerte una lata de espinacas y darle otro apretón al tornillo.

Al final te das cuenta de que lo barato tiene sus problemas y que el mezquino hace dos veces el camino.

Estado iniciado

Bueno, después de varias salidas en 6 meses te das cuenta de que el trípode que compraste ya tiene la rosca más que pasada, y que la cámara no aguanta mirando al frente ni un solo segundo. Que la altura que tiene el trípode te obliga a agacharte una barbaridad y que casi debes de llevar un taburete para poder mirar por la pantalla (mi kodak tenía un visor electrónico, pero si bajaba la iluminación era totalmente inútil).

Aprovechando que llegan las navidades y que te van a traer los Reyes Magos tu primera réflex, decides pedirle un trípode de fotoentusiasta nivel iniciado. El aluminio apenas sustituye al plástico en las patas, pero el resto de componentes son poliméricos. Tienen más calidad que el anterior, más altura, zapata intercambiable, incluso una manivela para poder subir la columna central con precisión que además está unida a las patas para conseguir mayor rigidez.

Sí, el comercial del traje de chaqueta que es un entendido de toda la vida de la fotografía (por no llamarle “enterao”) te dice que ese sistema es mucho más robusto. Y que por ello consigues que la cámara apenas tenga vibraciones y sea un conjunto más estable. Pero lo que no te dice es que ya jamás vas a poder sentarte delante del trípode, que no vas a poder inclinar las patas para adaptarlas al terreno y otras muchas cuestiones que solo te darás cuenta cuando ya no es posible hacer una devolución.

El estado iniciado puede durar más o menos tiempo en función de tu capacidad fotográfica y sobre todo de tu capacidad económica.

Estado avanzado

Internet ya es una realidad. Cienes y cienes de gurús de la fotografía pululan por la web con sus blogs y sus canales de youtubers. Los influencers fotográficos son rémoras (en el buen sentido de la palabra, por lo menos en lo que a mi respecta) del boom de la fotografía digital. Ya nos damos cuenta que cuando salimos a hacer fotos, ese trípode que teníamos en estado iniciado no está a la altura de nuestras necesidades.

Nuestras cámaras réflex con las empuñaduras que compramos (y que son súper imprescindibles para ser unos fotoentusiatas de verdad) y con esas ópticas que pesan “una hartá”. No podemos montarlas en trípodes de tan poca fiabilidad porque pueden dar con sus “huesos” al suelo, como a más de uno le ha pasado.

Los gurús te dicen que, si te gastas un dineral en el cuerpo y en las ópticas, es una sandez gastar una miseria en tu trípode. Y no les falta razón, pero no es cuestión de dinero sino de calidad… pero en fin. Tras varios meses juntado euros en la hucha y antes de irnos a un espectacular viaje por alguna tierra lejana, decidimos que ya somos lo suficientemente buenos como fotógrafos como para comprarnos el trípode definitivo.

A la búsqueda de un buen trípode

Nuestros consejeros profesionales, subvencionados, nos pasan sus listas de materiales (todos ellos afiliados). Nos aconsejan todo tipo de trípodes grandes, robustos, con megacabezales, que son capaces de sostener toneladas de peso, que tienen tres o cuatro niveles y posibilidades de hacer panorámicas con desplazamientos en más ejes que dimensiones tiene el espacio.

Cuando vemos la lista de precios vemos que el carbono es una locura, que el basalto no atrae a los rayos y que nos va a costar más el trípode que una semana haciendo fotos por Islandia. Pero al final encontramos el que nos completa como fotógrafo y de una patada en el… bueno “donde la espalda pierde su casto nombre” (que para eso tienen tres piernas) nos mete en el mundo de Fotógrafo Avanzado…

Hasta que decidimos ir de senderismo por la montaña y llevarnos el trípode por si podemos hacer la puesta de sol en lo alto del pico más bonito de la sierra más hermosa. Seis horas caminando con el equipo a cuestas con el trípode cargado que parece un bazooka (y “yo no hice mili”), que se engancha en todas las ramas de todos los arboles que aun quedan en la sierra. Si cuando llegas a lo alto de la montaña, pones tu cámara, con tu pedazo de objetivo con su portafiltros montado con un polarizador, un ND16 y un degradado inverso y aquello no se mueve ni un milímetro… he conseguido pasar de nivel…. una foto de 100 likes, por lo menos, en Facebook.

Las consecuencias de un trípode aparatoso

A la semana siguiente, solo te acuerdas de la horrorosa caminata de ida, de la de vuelta no te acuerdas porque casi entras en coma cuando llegas al coche y dejaste el trípode en el maletero. Y a partir de ahí cada vez que sales a hacer fotos se queda el trípode en  el armario, cuidando como he dicho antes del 150-600 que para eso lo tenemos… Y pocas veces más lo vuelves a sacar, a no ser que tengas claro que vas hacer la foto al lado del coche.

Estado a vuelta de todo

Una vez que ya has pasado por todas las fases y tienes unos cuantos trípodes de diferentes tamaños guardados en el armario y ya estás de vuelta de todo, te fijas que en Foto24 venden unos trípodes que por menos de 70 euros que tienen una pinta genial. Son trípodes que pesan poco, que se suponen que soportan un peso bastante considerable, y que se pueden recoger en un tamaño que te permite llevarlo cómodamente hasta dentro de la bolsa o de la mochila. Ya eres todo un experto y lo que quieres son herramientas buenas, y de alta usabilidad. Que salgan del armario vamos, y si encima están a buen precio pues ya el remate.

¿Es Gloxy GX-T6662A el mejor trípode?

Para mi es el más usable y por tanto el mejor de los que tengo y ahora te voy a contar mi experiencia de uso, y por qué este trípode de 70€ ha hecho que deje a uno de 400€ cogiendo polvo en el armario.

Por altura y peso

Para mi este es el punto principal, el aspecto físico del trípode. Tiene un peso de menos de un kilogramo y medio (1.340g) frente a los más de siete kilogramos que pesa mi trípode, llamémosle “grande”. Sí, está claro que esa diferencia de peso de casi cuatro veces menos se va a notar en varios factores. El primero es que no va a ser un trípode tan alto como “el grande”, pero después de un tiempo veo que no necesito un trípode tan alto. Es más, en muchas ocasiones apenas extraigo todas las secciones de las patas y ni mucho menos la columna central.  

“La diferencia de altura es mínima y casi despreciable si descartamos las rótulas”

Casi siempre termino componiendo por la pantalla. Y, desde que tengo cámaras con pantalla abatible, no necesito tanta altura. Además, incluso a veces compongo a través de la pantalla de una Tablet conectada por wifi a la cámara. Así que no necesito tanta altura ni mucho menos. Por el contrario, la longitud de tan solo 56 cm recogido, me permite guardarlo dentro de la mochila incluso, sin tener que llevar peso colgando. Incluso aunque lo cuelgue no es como llevar un peso muerto que tira hacia atrás de forma que me platee dejarlo en el armario.

“Puedo llevar el trípode Gloxy GX-T6662A colgado en mochila sin tener la sensación de que me voy a enganchar en cualquier lado y no ir cargando un peso excesivo”

Tamaño compacto cuando está plegado, la gran ventaja

Si además sois de los que tenéis la suerte de ir de viajes fotográficos, intentad guardar un trípode de los grandes en una maleta de cabina. Este te cabe sin problemas y no te obligará a facturar una maleta grande con todos los inconvenientes que trae.

Un trípode mucho menos pesado, y mucho más corto, pero que me resulta perfectamente útil en todas mis fotografías de paisaje y de naturaleza. Sobre todo, porque lo puedo llevar conmigo sin problemas

Por su capacidad de hasta 10 kg

A pesar de ser físicamente bastante más “ligero” que otros trípodes, tiene una capacidad de carga de 10 kg. Es decir que va a poder sostener perfectamente cámaras grandes, incluso con ópticas pesadas o con portafiltros.

“Puedo colocar teleobjetivos y hacer fotos, por ejemplo a la luna, sin trepidación. Es perfectamente rígido y soporta bastante peso”

Si es cierto que aquí debes tener cuidado porque una cosa es que la rótula de bola aguante el peso y otra es que si desequilibras el peso y lo tienes montado con todo el sistema extendido pueda quedar desequilibrado.

“Sea como sea el trípode, siempre debemos equilibrar la carga y para ello es muy interesante el empleo de collares para trípodes en nuestros objetivos más voluminosos”

Pero aún así veo, que el conjunto es bastante estable. En estos casos prefiero equilibrar bien el sistema: o bien abriendo más las patas o usando los collares para el trípode de algunos objetivos como con el Irix 150mm Macro que unido a la versatilidad de la rótula del trípode Gloxy GX-T6662A me permite conseguir fotos macro en cualquier tipo de posición y con máxima estabilización.

Por sus patas de 4 secciones y cierre de pestañas 

Poder contar con cuatro secciones me va a permitir reducir el tamaño del trípode siendo este más compacto sin perder longitud final. Puedo perder diámetro en las patas. Pero ya hemos dicho que para conseguir una gran rigidez no es necesario un uso masivo de “hierro”. Sino, más bien, un buen diseño como el que tiene el trípode Gloxy GX-T6662A y el uso de materiales y cierres de calidad, como el de las pestañas de las patas.

“Al disponer de cuatro secciones tengo más posibilidades de adaptación, garantizando la rigidez, ya que siempre es mejor tener las secciones extendidas al máximo que no tenerlas extendidas parcialmente”

He tenido algún trípode o monopie con apertura de cierres a roscas y lo veo bastante más incomodo. Puede ser que sea yo muy torpe, que también. Pero a veces he estado girando hacia donde no era y me he llevado un buen rato para extender el trípode. Con los cierres de pestaña, clic y clac y ya está.

“Los cierres del trípode Gloxy GX-T6662A sin ser metálicos, cierran firmemente e impide totalmente el desplazamiento de las secciones. Además se abren y cierran rápidamente”

Es mucho más rápido y seguro. Y la calidad de los cierres de este Gloxy hacen que el sistema quede totalmente bloqueado. En fin, lo que he dicho antes, más diseño y calidad y menos material, que se traduce en mayor rigidez en menos peso.

Además, el poder contar con cuatro secciones te permite también extenderlas una a una y poder controlar mejor la altura del trípode. Cuando el trípode solo tiene tres, quizás debes dejar una sección medio extendida con los problemas de nivelación o rigidez que puede conllevar.

Por las gomas antideslizantes y puntas metálicas

Hasta ahora estas opciones solo estaban disponibles en trípodes de gama alta. Es de agradecer que en un trípode de menos de 100 euros podamos contar con esta opción. Estos son los detalles que hace que te decantes por marcas como Gloxy, porque la relación calidad-precio es muy alta, por encima de otras marcas. Así, en función de la superficie en la que vas a apoyar el trípode puedes elegir de forma sencilla unas puntas de gomas antideslizante o unas puntas metálicas.

“Las patas de gomas incorporan un tornillo que al girarlas se van replegando y dejan visible la punta de acero”

Esto para los fotógrafos de naturaleza y de paisajes como es mi caso es fundamental. Porque en una misma salida vamos a hacer fotos en muchas superficies y necesitamos esta opción si o sí. Cuando el terreno es arenoso, o en el bosque, utilizo las puntas metálicas. Una vez que clavo las puntas las patas se agarran al suelo firmemente.

“Las puntas de metal del trípode Gloxy GX-T6662A son ideales para los terrenos arenosos y otras muchas ocasiones. Pero las patas de goma son necesarias sobre todo en materiales rocosos y cuando lo uso en mi casa en fotos de productos si no quiero tener bronca con mi pareja… jajajaj”

En terreno rocoso, o cuando estoy haciendo fotos en mi estudio, utilizo las patas de goma que se adhieren a la superficie y consigo el máximo agarre antideslizante. Lo dicho, una característica muy interesante para los que nos gusta la fotografía todoterreno.

Por la rótula profesional del Gloxy GX-T6662A

En mi trípode grande dispongo de una rótula especial con una maneta o empuñadura que se supone que ayuda a ajustar la posición del cabezal. Nada más lejos de la realidad. Además de ser un armatoste superpesado, en muchas ocasiones me dificulta más conseguir una posición adecuada que facilitármela. Incluso a veces me ha impedido colocar la cámara en una “perspectiva” adecuada porque chocaba con otros elementos, teniendo que modificar la posición de la “pistola”.

“Puedo conseguir la perspectiva adecuada rápidamente quedando la posición perfectamente fijada”

Sin embargo, la bola de la rotula de este trípode Gloxy GX-T6662A se ajusta rápidamente aflojando unas pequeñas llaves con la mano. La tensión de apriete se controla de forma suave. Siempre podemos hacer ajustes de posición con suficiente precisión y sin miedo a que se desestabilice el conjunto.

“La manilla que libera la rótula tiene un manejo fácil, es muy progresivo el sistema de apriete”

Es cierto que esta rótula no lleva ningún elemento que me permita hacer fotos panorámicas. Pero en mi caso ya tengo una rótula específica para ello en la que puedo conseguir rotar el sistema desde el punto nodal del mismo. Otros fabricantes te venden esos movimientos panorámicos que realmente lo único que consigue son unas panorámicas de bastante poca calidad. No merece la pena pagar más por tener ese movimiento panorámico. Si quieres hacer panorámicas compra una rótula especifica.

Por la placa de liberación rápida con pestaña de seguridad del Gloxy GX-T6662A

En mi primer trípode no existía placa ni siquiera. En el segundo era de plástico que se atornillaba a la base mediante un tornillo. Nunca me parecía que quedara bien fijada. Mi trípode “grande” utiliza una placa metálica con goma antideslizante que, mediante un tornillo con cabeza hexagonal y con la ayuda de una llave especial que incluye, apretaba de la placa a la cámara de forma que parecía soldada. A veces me daba miedo porque parecía que iba a partir la rosca de la cámara de tanta tensión a la que lo sometía. Pero en más de una salida he querido cambiar la zapata de una cámara a otra y no he podido hacerlo. Normalmente porque no encontraba la llave y con la mano era imposible aflojarla. Entonces tenía que buscar un destornillador o una llave inglesa, porque ni con la típica moneda era capaz.

“Torno de apriete de la zapata rápida del trípode Gloxy GX-T6662A. Es ideal para un apriete a mano sin necesidad de otras herramientas”

El dos por uno más útil de un trípode

En el trípode Gloxy GX-T6662A la zapata metálica está igual cubierta con goma antideslizante. Se adhiere a la cámara gracias a un tornillo que lleva su propia palomilla de apriete. Así conseguimos la tensión exacta sin tener que someter al sistema a un sobre apriete. Con la mano se quita y se pone perfectamente y queda totalmente estable.

“Placa de liberación y tornillo para la cámara”

Además la placa de liberación rápida se engancha al cabezal o rótula con la apertura de una simple palanca de liberación, sin tener que estar pendientes de un sistema de roscar que abran o cierren las mordazas. Este sistema a base de palanca queda firmemente “soldado” a la placa de liberación. Consta, además, de un pequeño seguro a parte de la palanca que impide que esta se accione involuntariamente.

“Detalle de la palanca de liberación de la zapata y del seguro de apertura”

Evita que tu equipo caiga al suelo

Este seguro solo se puede accionar cuando la placa está correctamente colocada en su zócalo en el cabezal. Por lo que siempre estarás seguro que el elemento está bien colocado. Solamente he sufrido una vez la caída de uno de mis equipos fotográficos. Se debió al colocar la cámara con la zapata en el zócalo del trípode. Después de girar varias vueltas el sistema de cierre del mismo, solté la cámara y cayó al suelo porque no estaba bien colocada la placa en las ranuras pertinentes.

Más de dos mil euros en equipo se me fue al suelo. Suerte que cayó sobre un matorral y no impacto directamente en el suelo o que se cayera al fondo de algún riachuelo. Desde aquel día valoro mucho más los sistemas de seguridad que impiden que coloque mal la zapata o que crees que queden apretadas y no sea así.

“Detalle del pestillo de seguridad abierto para poder abrir la palanca y liberar la zapata”

Por los niveles de burbuja y la brújula del Gloxy GX-T6662A

Otros de los elementos que denotan que estamos ante un trípode con una relación calidad-precio muy alta es el que podamos disponer de dos niveles de burbuja: Uno en la patas del trípode y otro en la rótula.

“En esta foto de la rótula podemos observar el nivel de burbuja junto a la palanca de liberación de la zapata. Al fondo a la izquierda el seguro de apertura y frontalmente un pulsador metálico que impide cerrar la palanca si no está perfectamente colocada la zapata en la rótula”

De esta forma es imposible, bueno a no ser que seas como yo, hacer una foto con el horizonte torcido. El situado sobre las patas nos permite comprobar que el sistema está nivelado. El que tiene el cabezal nos permite inclinar la rotula en cualquier dirección y saber cuando está perfectamente horizontal.

 “Un segundo nivel sobre las patas para independizar la nivelación del trípode respecto al de la rótula. Detalles de mucha calidad”

Como he dicho antes, son detalles de calidad. Y este aspecto cabe señalar la inclusión de una pequeña brújula en las patas del trípode Gloxy GX-T6662A. Algunos piensan que puede ser un detalle anecdótico. Pero en muchas ocasiones te puede venir muy bien para determinar la dirección de la puesta de sol, etc, sin tener que recurrir a otros artilugios como el móvil. Me parece una idea genial y más teniendo el contenido precio del trípode.

“La brújula del trípode Gloxy GX-T6662A impedirá que pierda el norte, sobre todo en las nocturnas cuando no dispongo de mi móvil”

Por el adaptador a Rosca o Gancho

Esto es otros de los factores que me parecen un acierto de diseño y que parece mentira que otros fabricantes no hayan pensado antes en este sistema.

“En la base de la columna puedo disponer de un tornillo 1/4″ para acoplar una cámara en posición inversa”

“O colocar un adaptador a rosca 3/8″ para colocar directamente la rótula y poder tener una infinidad de posibilidades de movimiento”

Lo normal es que en la base de las columnas de la mayoría de los trípodes, que no en todos, exista algún tipo de gancho para colgar algún peso y dar más estabilidad al sistema. Lo habitual es colgar la mochila. Sí, es práctico, pero debemos tener cuidado de que ese peso no haga efecto péndulo o que haga de vela para que el viento “empuje” nuestro equipo. Por ello yo recomiendo usarlo con cuidado y apoyando la mochila en el suelo y con unas cuerdas o correas tensadas atadas al gancho. Nuestro trípode Gloxy GX-T6662A dispone de este gancho, podemos dar más estabilidad tal y como lo hemos contado.

“Podemos elegir el gancho o la rosca y además disponemos del adaptador a 3/8″ y dos llaves allen que permiten apretar aun más alguno de los elementos si se cree necesario”

Las mil posibilidades de la rosca 3/8″

En un momento dado podemos retirar este gancho y colocar un adaptador con una rosca de 3/8″. La misma que utilizan la mayoría de las rótulas o cabezales. ¿y qué ventaja presenta esto? Pues muy sencillo. Cuando yo he querido invertir la posición del cabezal en algunos de mis trípodes con esta opción, tenía que hacer verdaderas virguerías de contorsionismo. Tengo que pulsar varios botones, activar una palanca, sacar la columna del zócalo central y girarlo. Todo ello con una mano porque con la otra sujeto las patas del trípode porque no me fío de que se desequilibre y se me vaya todo al suelo. Con el sistema que han ideado los de Gloxy es tan fácil como desenroscar la rótula de su posición habitual y enroscarla en la de la base de la columna en el comentado adaptador.

“Colocar la rótula en la base de la columna te va a permitir hacer tomas a nivel de suelo, ideal para macro, esto era imposible hacerlo con mi trípode de iniciación”

Una operación que la hago en 10 segundos y que me permite convertir mi trípode en uno para macro de forma rápida, sencilla y sobre todo segura. Una vez colocada la rótula en esa posición ya puedo girarla y colocar la cámara en la posición que necesite. Como he comentado antes, una idea sencilla pero genial. 

Por la bolsa de transporte de calidad

Sinceramente no es de los elementos que más uso con el trípode Gloxy GX-T6662A, porque casi siempre lo llevo dentro de la mochila o atado en uno de los laterales exteriores. Pero cuando he salido a hacer alguna toma que no he necesitado llevarme toda la mochila me resulta muy cómoda para llevar el trípode Gloxy GX-T6662A. Tanto la bolsa como la correa están acolchadas por lo que transportarlo es bastante cómodo. Además, si sois personas ordenadas y que os gusta tener el material recogido nada mejor que guardar el trípode dentro de su bolsa de transporte. En mi caso y aprovechando lo poco que ocupo lo tengo siempre por medio porque es raro que salga con la cámara y no me lo lleve por delante. Y esto es lo mejor que se puede decir de un trípode.

Conclusión

Queridos lectores y lectoras, no quiero decir que este trípode sea mejor que mi trípode grande que me costó tanto dinero. Tan sólo quiero decir que además de tener en cuenta la relación calidad-precio, que en este trípode Gloxy GX-T6662A es muy alta, hay que tener en cuenta un factor que yo lo llamo de “Usabilidad”. Considerando este factor creo que pocos trípodes están a la altura de éste y por ello ha conseguido dejar en el “banquillo” a sus compañeros. Máxima usabilidad y extraordinaria relación calidad-precio, compra perfecta.

Todas las fotografías son de Alberto Bouzón.