Aprendiendo fotografía: Entender la luz

Dominar la luz en fotografía es una de las cuestiones más esenciales y al mismo tiempo más difícil. Antes de lanzarte a iluminar con un flash o con focos de estudio es importante que conozcas las propiedades de la luz y empieces a observar cómo incide esta sobre cada escenario.

Luz en fotografía: Posición de la luz

Coloca siempre a tu sujeto en relación a la luz tal y como te interese según el efecto que quieras crear:

• Luz frontal: Es un tipo de iluminación muy socorrida porque elimina la mayoría de las sombras arrojándolas hacia atrás, tiene el inconveniente de que el efecto es muy plano, sin apenas relieve.
• Luz lateral: Muy utilizada en cine, este tipo de iluminación confiere un aspecto más misterioso y varonil a los sujetos sobre los que se emplea. Aporta mucho más volumen que la iluminación frontal.

Luz dura lateral. Fotografía de Jan Tinneberg en Unsplash

• Luz cenital: Desde arriba hacia abajo, es la luz que estamos acostumbrados en la naturaleza ya que la mayor parte del día la luz llega desde arriba. Es conveniente que empieces a fijarte en cómo incide la luz solar sobre los objetos para que un día puedas reproducirla en un estudio.

Luz suave cenital. Fotografía de ©Daniel Santos Megina

•  Luz nadir: En este caso la luz llega desde abajo, al contrario que la cenital, y recrea un efecto antinatural propio de películas de terror.

Calidad de la luz

Esta propiedad hace referencia a la uniformidad con la que llega la luz hasta un objeto:

• Luz suave: Es una luz difusa que se distribuye de manera uniforme en los lugares sobre los que incide. Se utiliza fundamentalmente en moda y en retrato para suavizar la piel, minimizar las arrugas y las imperfecciones. Este tipo de luz también tiene la propiedad de evitar los brillos. En exteriores podemos encontrarla a primeras y últimas horas del día y cuando está nublado. Ese es el motivo por el que muchos fotógrafos prefieren salir a fotografiar cuando hay nubes que actúan como un difusor gigante.

Luz suave cenital. Fotografía de ©Daniel Santos Megina

• Luz dura: Favorece el efecto contrario. Consigue sombras más marcadas, endurece los rasgos, aumente el contraste y la saturación. En exteriores es muy fácil lograr este tipo de luz en las horas centrales del día. Debes tener cuidado cuando la apliques en retratos y bodegones, ya que remarcará mucho los brillos y las imperfecciones.

Luz dura. Fotografía de uday tadphale en Unsplash

Por lo general suele ser preferible fotografiar con luz suave, es por eso que la mayoría de los fotógrafos evitan las horas centrales del día en exteriores.

¿Cómo suavizar la luz en fotografía?

Sólo hay una cosa que diferencia la luz suave de la luz dura: el tamaño de la fuente de luz respecto al sujeto. De ese modo un flash de mano aplicado sobre una hormiga será una fuente de luz muy grande que arrojará el haz de luz uniformemente sobre ella y por tanto su comportamiento será el de luz suave.

Si por el contrario ese mismo flash lo aplicamos sobre un rostro el tamaño relativo del emisor de luz es muy pequeño y por tanto la luz será muy dura provocando sombras y brillos.

Luz suave frontal. Fotografía de X ) en Unsplash

Puedes aumentar el tamaño de la fuente de luz utilizando difusores para flash, paraguas o ventanas. Para emplear paraguas o ventanas necesitarás también un pie para el flash y el soporte que te permita enganchar el flash al pie e introducir el paraguas.

Intensidad de la luz

Otro factor a tener en cuenta en el uso de la luz en fotografía es la potencia de la fuente de luz. Ya sea un foco de luz continua que no podemos regular o un flash donde podemos seleccionar la potencia deseada, la intensidad puede modificarse también acercando o alejando más la fuente de luz del sujeto principal. Es importante no confundir la intensidad con la calidad de la luz (suave o dura) ya que los efectos de una intensidad excesiva (sobreexposición) nada tienen que ver con la dureza de la luz.

Fotografía de portada: Peter Müller en Flickr